BCCPAM000591-3-11000000000000

volver atras, donde creian poder deponer el deseo de ir hacia adelante.» Preciso es buscar 4 Dios, y buscarlo siempre, como nos aconseja el Profeta Rey. «Este siem- pre, como ensefia él sublime Agustin , indica todo el tiem- po dela vida presente, en la cual sin cesar debemos buscar 4 Dios, 4un dado caso que lo hayamos hallado. Aunque lo encuentres, no es posible dejarlo de buscar; porque creciendo el amor, crece el deseo de poseerlo; y, en verdad, digno es de ser buscado sin fin el que sin fin ha de ser poseido.» Hasta aqui el sublime Agustin, que comprendié admirablemente lo mucho que impor- taba el ir siempre adelante en la senda.de la virtud. Asi es que San Pablo, despues de haber enumerado to- das las ventajas que habia tenido su espiritu al des- preciar las glorias mundanas, siguiendo la vocacion di- vina, confiesa que no ha Lneiic al ultimo grado de san- tidad, que camina con todo ahinco hacia adelante, no ‘ yolviendo jamas su vista hacia lo andado, sino fijandola y extendiéndola 4 lo que esta delante, prosiguiendo se- gun el fin propuesto al premio de la vocacion soberana de Dios en Jesucristo. Hé aqui, comunidad venerable, las grandes ventajas que reportan las justas por la continua meditacion de la Bondad divina y de la miseria humana; se levanta el alma hasta Dios con estas dos alas, y, no obstante ser grande su elevacion, se cree siempre ingrata, pecadora, y poco amante del Sér Divino, obligandola esta idea A estar re~ novando sin cesar sus propdsitos de amor hacia su objeto amado. ; Ah! Comprendian muy bien la importancia de ~ esta doctrina aquellas almas herdicas llamadas por Dios a ser maestras de espiritu, pues quisieron que sus disci- pulas elevasen cada dia su corazon al cielo, ofreciéndole | siempre un sacrificio nuevo, renovando sin cesar los votos con que wna vez se consagraron al Sefior. Porque, realmen- te, esta augusta ceremonia que hoy forma una gran so- Ne

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz