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esposa; porque no hay una sola de vosotras que no haya > pasado por los mismos caminos de afliccion que la esposa de los Cantares hasta poder hallar al Esposo de vuestras almas y abrazaros con El, para no separaros jamds. Yo ‘s6lo podré delinear ligeramente la gram pintura de una -alma enamorada de Dios , quedando para vosotras el tra- bajo de dar los colores 4 este cuadro, que no es posible concluir sino es cuando el amor divino ha abrasado com- pletamente el alma. Queria la esposa hallar el objeto de sus carifios en la quietud del lecho, entre los regalos y comodidades; pero no era este el camino por donde ha- bia de subir 4 la union con el Esposo, pues éste es para las almas esposo de sangre, de mortificacion ¥ peni- tencia. Pero habiendo empezado 4 gustar las delicias del amor puro, no pudo sufrir mas tiempo la privacion de tanto _ bien. Se resuelve enténces 4 abandonar las comodidades de la cama, 4 arrostrar con todos los rigores y trabajos, 4 rodear la ciudad, no dejando barrio, plaza ni calle que no registre; y es tan grande la fuerza que este amor ha tomado en el corazon de esta esposa desde el momento en que se ha decidido 4 abandonarlo todo por amor desu Esposo, que anda por todas partes como extatica, creyen- do que todos se hallan tan enamorados como ella del Es- poso celestial. Encuentra 4 los guardias y centinelas de la ciudad, preguntandoles si acaso han visto 4 su amado, ‘sin dar mas seflas, porque cree que todos lo conocen y todos lo aman. A poco de esta pregunta tiene la esposa la dicha de encontrar al que ama; se abraza 4 El, yjura que nolo abandonara jamas, Zenui ewm, nec dimittam. { Qué! {No es este el cuadro de las almas que, no ha- llando al sumo bien entre los regalos y placeres del si- glo, coneulcan todas sus vanidades y arrostran por todos los trabajos, por tener la inefable dicha de hallar al Espo- so celestial, abrazarlo y no separarse jams de El? gNo