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ay 502 a la profesion religiosa, se obtiene la remision de todos los pecados en cuanto 4 la culpa, y en cuanto 4 la pena, tanto eterna como temporal. En confirmacion de esta verdad, permitidme os repita lo que cuenta San Atanasio en la vida de San Antonio Abad: «Tuvo este gran Santo una vision, en la que veia que los angeles lo subian al cielo; sobrevinieron en el mismo instante los espiritus infer- nales, y querian impedirle la subida, acusandolo de al- gunos pecados, que decian habia cometido en el siglo, y oy6 que los angeles lo defendian, respondiendo al enemi- go estas palabras: «Si tienes algo de qué acusarlo despues »que es religioso, puedes hacerlo al punto; mas sabe que, »en cuanto 4 los pecados que pudo cometer en el siglo, »se le han perdonado, y nada debe por ellos, pues todos »le fueron completamente perdonados desde el momento »en que se consagré a Dios por los votos de la Religion.» Grande es el mérito que tiene el que da una parte de sus bienes alos pobres, pues el profeta Daniel decia 4 Nabuco que redimiese sus pecados. con limosnas; pero- mas grande es el mérito de abandonar de una vez toda la substancia terrena, distribuyéndola 4 los indigentes, y haciéndose pobre con Jesucristo. Si los mundanos, segun San Gregorio, al dar una partecita de sus bienes @ los po- bres, ofrecen 4 Dios un sacrificio agradable, los que re- nuncian enteramente 4 todo bien, hacen un holocausto, que es mds excelente que el sacrificio. Y si la simple re- nuncia es de tanto mérito, gcudl no sera el mérito que contrae el hombre al desprenderse de sus bienes tempo- rales por el voto perpétuo de la pobreza, al consagrar su cuerpo por el de la castidad, al desposeerse de su propia voluntad por el voto de la obediencia? Lo diré de una vez, para concluir: el sacrificio que hace el hombre al retirarse del mundo y ofrecer al Sefior lo mas precioso que tiene por medio de los tres votos, es tan grande y meritorio, como el ofrecerse 4 los tiranos ’ +2 4