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la creacion. Rey de todos los séres animados y visibles, _ Dios no le quita el imperio que una vez le diera, y sdlo afiade 4 la purpura la blanca tunica : aquélla es emblema desu dominio, ésta de su inocencia. Sefior de si mismo, le quedan incdlumes sus derechos , y sdlo se compromete 4 arreglar su voluntad y subordinarla 4 la divina. Con tal que camine el hombre por la senda marcada, tiene toda- via accion para escoger lo que mas le agrade para pasar esta vida, haciendo su voluntad en todo, y no debiendo dar cuenta de sus obras sino al Juez Supremo. No po- - niendo su corazon en las riquezas, ni poseyéndolas como un fin, sinocomoun medio, puede ser tan opulentocomo — un Salomon y tan santo como un David; puede tambien — usar de los placeres licitos y honestos, dando 4 su cuerpo los regalos que le permite la ley de Dios. Esta es, amadas hermanas, la vida del cristiano, comun y ordinaria: en ella es facil salvarse , pero es dificil llegar 4 la virtud herdica, a la perfeccion sublime del Evange- lio. Asi respondié el Salvador al jéven que le pregunté sobre los medios de salvarse: «Si quieres, le dice, en- trar en la vida, guarda los mandatos...; mas si quieres ser perfecto, ve y vende cuanto tienes y dalo 4 los pobres, y ven y sigueme.» En vano nos detendremos en buscar comentos para estas palabras del Salvador, cuando Fl mismo las ha expositado con su sabiduria divina. Para llegar 4 la perfeccion evangélica, es necesario hacer sa- crificio de todo lo que encanta y deleita nuestro corazon. . Hé aqui cémo el mismo Salvador nos lo ensefia con este , razonamiento admirable: «Yo vine, dice 4 sus discipu- los, no 4 meter paz, sino espada, porque vine 4 separar al hombre contra su padre, y 4 la hija contra su madre, y 41a nuera contra su suegra; y los enemigos del hom- bre seran sus propios deudos, El que ama 4 su padre 6 madre mas que 4 mi, no es digno de mi; el que ama 4 hijo 6 hija mas que 4 mf, no es digno de mi; y el

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