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— ora como un desgraciado; alli pide una gracia, la gracia | de la fé, la gracia de Ja vida eterna. Asi postrado, sale 4 su encuentro el venerable ministro del templo, y diri- giendo sus oraciones al Sér ‘divino, conminando con su virtud al enemigo, y encomiando en seguida las grande- zas de los favores que se piden, la gratuita dignacion di- - vina se dirige al suplicante y le manda que éntre en el _ -santuario, para que empiece 4 tener parte con Cristo en ; la vida eterna. Este dia solemne es el del bautismo. ‘Quien medite sériamente en todas las palabras que en : digital acto solemne ha pronunciado, no podrd ménos’ de estremecerse en sus infidelidades al Sefior. Antes de con- , 3 cedérsele al hombre la gracia que suplica , se le ha | guntado si renuncia 4 Satanas, y ha respondido a rma- tivamente; si detesta todas’sus obras; si abomina todas sus pompas, y 4 todo. ha respondido que si; y apenas ha “ unciado estas palabras, es lavado de todas sus in- dicias , es revestido con la blanca estola de la ino- | -cencia, es aptepado a los que tienen parte en la eterna | - salud y contado entre los hijos de Dios, y queda consa- grado al servicio del Altisimo. Las consecuencias de esta solemne promesa que hace el hombre de renunciar 4 Sa- ' tanas y & sus pompas, son de la mis alta importancia. ~ Vivir con arreglo é a las maximas de la fé, no fijar su co- razon en los bienes transitorios del mundo, sino esperar siempre en la retribucion eterna, amar 4 Dios con toda - su alma, con todo su corazony con todas sus fuerzas: : hé aqui la pauta de los deberes que el hombre jura al pe- dir la gracia al Dios que gratuitamente lo redime de la esclavitud del pecado. Si no observase estos deberes, sera un Sal un apéstata ‘y un criminal; la obligacion que ha contraido es de renunciar, no sdlo con la lengua, sino con las obras; no con el sonido de los labios, sino con la efica— cia de los hechos, como dice el sublime Agustin. Es sa,

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