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; ve 8 ; 4 duros y pedregosos, y da frutos multiplos cuando baja & tierra décil; habeis visto tambien por la revelacion, por el testimonio de los sabios y por la innegable autoridad de la historia humana, que la lujuria oscurece la razon y la conduce al errory al crimen , haciendo inhabil al espiri- _ tu humano para recibir nuevas gracias. Nadie podra ne- gar ni la veracidad de los principios que he establecido, ni la autenticidad de los hechos que he narrado. Queda, pues, vindicada la Justicia eterna, y anunciado al lujurio- so el peligro en que vive. No temo, pues, j;oh Dios Santo! no temo ser acusado de sacrilego, si ahora mismo hago desde la Catedra de la verdad lo que Vos hareis un dia sentado en vuestro trono de Juez. Voy 4 pronunciar la sentencia final del hombre; las puertas del cielo estan abiertas; mas no puede poner el pié en su dintel sino el inocente y puro de corazon; esta dicha esta reservada para vosotras, almas castas que habeis resistido 4 los ha- lagos de la carne; porque asi como habeis vencido hasta hoy con la gracia de Dios los impetus brutales de las pasiones , asi tambien es de esperar que triunfareis hasta el fin. Abiertas se hallan no ménos las horrendas fauces del abismo, y un camino anchuroso conduce 4 su seno: espantosos rugidos, tormentos crueles, remordimientos eternos, fuego inestinguible, es cuanto aguarda al que ponga un pié en el borde de su entrada. Este es tu demo- ra que has escogido, hombre lujurioso; pues asi como hasta hoy has conculcado la gracia divina por seguir las maximas de la carne, asi es probable que continues has- ta el ultimo momento de tu vida desventurada. 7imidis autem et fornicatoribus... pars illorum erit in stagno ardenti igne et sulphure, quod est secunda mors, Pero no salgais sin consuelo de este santo lugar. ;Ah! El cielo tambien espera & los que, arrastrados por la fuerza de las pasiones, tuvieron la desdicha de ofender 4 _ Dios y despues se convirtieron: este amantisimo Jesus ¥3 ie ical cert