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‘ familia y para emplearlos en defensa dela patria, se en- cuentren amortecidos y enervados por los estragos de la lujuria? ,No le hace 4 uno estremecerse que se apoderen del entendimiento humano la ignorancia y estupidez que causa la lujuria, cuando este espiritu esta destinado 4 elevarse hasta lo mas sublime de la ciencia por la pure- ga de ideas y de accion? ,No da horror el pensar que el duefio de los animales irracionales, el rey de la creacion, se coloca por sus lujurias en una esfera inferior 4 los mismos brutos, y que tiene en tan pocoa sus hermanos, cuando se materializa en los placeres sensuales, que no duda llevar el duelo 4 familias enteras , reducir 4 cenizas - las ciudades, sacrificar las naciones y hasta devorar 4 sus semejantes? Hé aqui una multitud de atentados, que no tanto pugnan contra la santidad de Dios y de su ley, cuanto contra la misma sociedad humana, contra su existencia y su mantenimiento. ‘Séase que consideremos al hombre en la pubertad y juventud; séase que lo miremos en la virilidad unido ya a la compaiiera que el cielo le haya dado, si se echa en-= tre los lodazales de la impureza, es un verdugo de la so- ciedad; no espereis que hombres de este temple den a la humanidad hombres que la sostengan; antes al contra- rio, la privan de ellos; y si alguno sale 4 luz, sélo ha de servir para causarla lagrimas y pesar. Acordémonos , se= flores, del consejo que tuviera un rey antiguo con sus ministros; en el seno del pueblo precursor de la cultura de las artes , existia otro no ménos instruido que él en la eivilivacicat pero incomparablemente mds sabio que él en el culto de Dios; cada cual vivia segun sus ritos y leyes ; el pueblo extranjero se multiplicaba de un modo que parece fabuloso; el grano de trigo deprimido entre la tierra y castigado con las escarchas invernales,; no se erige con tanta lozania en primavera, ni se ve coronado con fruto tan multiplicado en verano, como esta nacion sé *