BCCPAM000591-3-11000000000000

err ( ; ee Si Dios hiciese con vosotros en los momentos de — vuestro lubrico frenesi lo que ha sucedido alguna vez para escarmiento de otros; si cuando os hallais entre los brazos de una prostituta cortase Dios el hilo de vuestra existencia, trasladando vuestras almas 4 los lechos tor- mentosos del infierno, no obraria sino como dueiio abso- — luto de cuanto existe y como Dios justo que tiene un derecho indisputable de castigar al criminal en la prime- ra infraccion de la ley. No lo hace asi, porque la benig- nidad de Dios y su tolerancia nos convidan 4 hacer peni- tencia, como afirma San Pablo. No lo hace asi, porque siendo indestructibles sus derechos, ha establecido y sefialado un dia en el cual se vea mas claro que el sol, que otros tantos dias de vida cuantos dié al pecador, fue- ron un lamamiento continuo de la gracia por parte de Dios y un desprecio incesante por parte del hombre cri- minal. «Permite Dios estos grandes males, como dice San Agustin, por no impedir que existan otros grandes bienes,» pues pertenece esencialmente 4 la bondad de Dios el dar la vida 4 los hombres y concurrir 4 la conservacion de todas las causas segundas, aunque éstas se entreguen & la iniquidad, pues siendo libres en sus actos, pueden hacerlo, y siendo racionales, no ignoran que al cometer el pecado, pertenecen como victimas sacrificadas por su propio querer 4 todo el rigor de la justicia eterna. Mas entre tanto Dios, que espera misericordiosamente al peca- — dor, esta obligado 4 poner en accion todos los resortes de su sabiduriay -para conservar en armonia el edificio social, que pretenden destruir con sus excesos los hombres car- nales. Y, en efecto, inllin los siglos que nos han precedido desde el principio del mundo hasta hoy, no son mas que una série de rebelion por parte del hombre, y de sufri- miento por parte de Dios. Aquél no hace mas que prosti- tuir su razon 4 los placeres materiales, contrariando con

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz