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a = : ;Oh y cuantos males causa el escandaloso en los _ otros! Ve homini illi, per quem scandalum venit. Enemi- go de Dios, le arrebata las almas redimidas con su pre- ciosa sangre; enemigo de la Religion, frustra todos los piadosos designios que ésta se propone sobre sus hijos, propagando el vicio y la impiedad entre las almas inocen- tes. ; Desgraciado , pues, de él, por los males que causa 4 los otros! pero mucho mas por los que se acarrea 4 si mismo, que sera el objeto de mi segunda parte. SEGUNDA PARTE. Todos los bienes que el hombre pueda tener fuera de si mismo son nada en comparacion de lo que él es y pue- de esperar: la fortuna, las riquezas y los honores, ade- mas de no hacer feliz.al hombre, tienen la desventaja de acabar al borde del sepulcro , detente & su poseedor tan desnudo como salié del vientre de su madre. Pero dentro de si mismo tiene el hombre un bien inestimable, un alma espiritual 6 incorruptible, criada para ser eterna, y _ & quien le esta prometida la posesion completa de tesoros infinitos, de riquezas sin niimero y de gloria eterna. Sal- var esta alma: hé aqui el sumo bien, aunque el hombre sea en este mundo mas pobre que el mendigo Lazaro y mas perseguido de adversidades que el Santo Job. Perder esta alma: hé aqui la suma desgracia, aunque en este mundo se hayan tenido las riquezas de los Alejandros y los cetros de los Asueros. ; Desgraciado, pues, del es- candaloso! £1 podra tener en este mundo riquezas y teso- ros; podr4 vivir siempre rodeado de alegrias y nadando en fiinseren: podra abusar de toda clase de personas; pero al fin su alma, este don celestial que nos hace semejan- tes @ Dios, 44 dénde ir4?;Ay! Un frio sudor bafia mi
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