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Hé aqui, amados mios, el asunto que voy a tratar este dia; una materia tan vasta, por ser los escandalos tan comunes én nuestro tiempo, me llena de horror; yo sé que hay entre vosotros muchos hombres sin pudor ni vergiienza, sin religion y sin Dios, que viven escandalo- samente enredados en amores ilicitos, que corrompen & las almas inocentes y las condenan 4 los tormentos del infierno; contra ellos, pues, va 4 hablar Dids por mi boca. jAy de los escandalosos, por los daiios que causan a las almas! Primera parte. ; Ay de los escandalosos, por los daiios que causan 4 si mismos! Segunda parte. _ Madre Santisima, concédeme hoy lo que tantas veces te he pedido en el secreto de mi corazon; unaalma quie- ro, y todas, si es posible, para que salgan todas 4 su ejem- plo de la vida escandalosa, y remedien con sus lagrimas — sus yerros propios y los que han causado4 sus herma-— nos. Para esto me postro 4 tus plantas y te saludo con humildad y reverencia. AVE Maria. PRIMERA PARTE. Todos los pecados ofenden la bondad divina y hacen al delicuente reo de pena eterna; sin embargo, hay dife- rencia de pecado 4 pecado, y segun las circunstancias de que se halle revestido, es mas 6 ménos enorme su gra- vedad, eve puede hacer mas dificil su remision; porque mas grave es el pecado cometido de obra que el que sélo se fragué en el pensamiento; hay gran distancia del pe- cado de ignorancia al de malicia, y la hay enorme en- tre el pecado perpetrado en el secreto silencio y el que se comete con escandalo y publicamente; y aunque un + ee