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19 ; Sefiores , no hablo por experiencia, porque Dios 1 me |ha amado tanto, que en mi nifiez me trajo al Santuario, Te- tirandome del mundo; por consiguiente, no me he en- contrado en posicion de examinar por mi mismo estas abominables escenas; pero tengo una ciencia ciertade | -que asi sucede; el tribunal de la penitencia me lo ha en- sefiado, y la voz publica hace que 4 nadie se oculte ni el objeto ni el fin de semejantes invenciones. Nadie ignora que las mascaras son el punto de toda cita 4 donde se va 4 decir y hacer lo que ni se dijera ni hiciera en otro lugar y traje; nadie puede dejarlo de saber, cuando con mil trompetas se anuncian cada dia cuatro bailes de mascaras. ,Y esto es lo que tanto encanta 4 la sociedad moderna? ,Y se dira que la civilizacion ha subido al apogeo de su carrera? j;Ah, Religion augusta! Tu, des- pues de haber vencido a la idolatria en mil combates, extirparas del todo estas abominaciones; muchos siglos pasaran en el Cristianismo sin que se atreviera nadie 4 cubrir esta frente en que llevamos pintada la Majes- tad divina, ni estos ojos, que tan noblemente descubren las ideas interiores, ni estas mejillas, en que se pinta el vicio y la virtud, ni esta boca que simboliza los con- _ ceptos ; pero aparecié la herejia ensefiando Ja disolucion, se propagé resucitando las ya olvidadas Saturnales del paganismo, ensefiando 4 los hombres 4 ser hipécritas y licenciosos, 4 encubrirse la figura, para ser desvergon- zados. Si eso se llama civilizacion, no insulteis joh sé bios modernos! no insulteis 4 Lucrecio y Epicuro, pues os encontrais todos 4 un mismo nivel; no hay otra dife- rencia sino que aquéllos eran mas francos, pues se da- ban a los excesos sin hipocresia ni ficcion, y por consi- guiente tenian honor, pues no éngafisbsn ni 4 los pa- dres de familia ni 4 la sociedad. Habria yo merecido delante de Dios el dictado de co= barde si no hubiese hablado ‘con esta claridad; tambien

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