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piraciones divinas, ni 4 la dominacion humana; preveia’ la ruina material del templo y del altar, la abolicion del sacerdocio y de la profecia, la dispersion de las familias, las cadenas y la esclavitud, que las harian gemir por muchos siglos; preveia, en fin, el endurecimiento de corazon 4 que habian de llegar por su obstinada resis- | tencia 4 los Hamamientos del cielo; preveia que sus pe- cados, enemigos m crueles que las huestes romanas, los habian de estrechar por todas partes, y no dejarian en ellos vestigio alguno de gracia; y si como Dios mise- ricordioso quisiera que, antes de llegar tal extremo , co- ‘nociesen la clemencia de su Rey pacifico, al considerar que , despreciada su gracia , se veria obligado como Dios justo 4 derramar sobre ellos la copa de su indignacion, se entristece su amable corazon, suspira y llora: Vi- dens, etc. No es mi objeto entretener vuestra atencion contan- do los sucesos histéricos que hoy predice Jesucristo en su Evangelio; pues esto, si bien conduciria 4 vuestra — edificacion , mas no seria del provecho que yo deseo sa~— me car en diie una de las almas que me oyen; asi, supues- to que el pueblo hebreo era una figura del ociatiogai ¥: que Jesucristo dice que le sobrevendrian estos males por no haber dado oidos & sus palabras y hollado sus /méxi- mas divinas , voy 4 poner 4 vuestra vista un cuadro es- pantoso de los caminos por donde los hombres llegan al estado de endurecimiento 6 abandono de Dios: y contra- yéndome al asunto, ved mi proposicion: el desprecio continuo de los auxilios divinos conduce al hombre 4 su perdicion eterna. . - Acudamos al trono de la gracia, pidiéndola al Padre de las luces por la mediacion de Maria, 4 quien reveren- tes saludamos con el Angel. « AVE Mania.
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