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& los llamamientos de la fé; qué importan 4 Dios las li- mosnas del avaro, cuando su corazon esta cubierto de ra- pifia 6 iniquidad? ,Qué la postracion momentanea del _ pecador en los dias de penitencia , si su corazon esta ape- gado al crimen, y acabados estos dias volvera & los mis- mos excesos? ,Qué adelanta el ministro de paz en consu- mir sus dias trabajando, si tiene otras miras que la gloria de Dios; si, al paso que predica la verdad, no la practica, antes oye la voz terrible que le dice : Quare enarras jus- titias meas et assumis testamentum meum per os tuum? ¥ al llegar aqui, amados mios, yo debiera ceder este lugar 4 tanto venerable sacerdote que me oye, 4 tantos dignisi- mos ministros, encanecidos entre los trabajos de su celo, y con mas razon que el penitente Origenes, llorar mis pe- cados y confesar que estas palabras sdélo me convienen 4 mi: gqué provecho saca la mano rapaz con ofrecer al Sefior un pequefio don de que acaso ha despojado al ca- minante indefenso? 4Qué utilidad sacan de la asistencia al templo esas personas cuya devocion, mas que en otra cosa, consiste en venir adornadas y compuestas, sin es- piritu de compuncion, disipadas ellas y distrayendo 4 los que las miran? Vano es todo culto exterior que no vaya acompaniado de un corazon sincero; vana la oracion que no se hace en espiritu y verdad, dice el Apéstol; vano el culto sin justicia y misericordia; vano, en fin, cuanto no se haga con el tinico fin de agradar al Seiior; y para convenceros tltimamente no citaré ni al ordculo divino, ni 4 los Padres de la Iglesia, ni 4 los sabios de la Religion; oid,.si, unos testimonios que nos confunden a todos (Vid Martini, in cap. xiv, Jeremie, vers. 12): «Dios conoce las acciones mas ocultas del hombre, dice Ciceron (De Leg., t, 2), y pone gran cuidado en la intencion y en el modo con que se le rinde su culto.»» « Debemos honrar 4 Dios, afirma Zalemo (Stobeo, serm. 42), como 4 prin- cipio de todo el bien que nos sucede, y desterrar de nues- ‘ iii