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" 75 gores de su justicia? Todas las paginas de los dos Testa- mentos nos convencen de esta verdad ; en todos los acon- tecimientos memorables, y aun en aquellos en que fué afligida la humanidad, Dios se nos representa misericor- dioso , compasivo y paciente , y por una conformidad ad- mirable , todos los Profetas que florecieron en diversas edades se unen para llamar 4 Dios suave, manso y be- nigno, y que conserva su-misericordia para miles de ge- neraciones; asi es que este Dios, hecho hombre , no hizo sino manifestarnos su misericordia, ya ensefiandonos a Uamarlo con el dulce titulo de Padre, ya diciéndonos que El es manso como un cordero, bueno como un pas- tor, y tierno como una madre; asi es que San Pablo y los” otros Apdstoles no lo !laman en sus cartas sino Dios rico en misericordias , Dios que se excede en amarnos, Padre de misericordias y Dios de todo consuelo. Pero no nos engaiiemos, amados mios; no creamos que la misericordia de Dios absorba y haga desaparecer todas las otras perfecciones; ante todo, Dios es Dios fuerte, Dios celoso de su gloria, pues al dar su ley en el Sinai, antes de ensefiar 4 los israelitas sus preceptos, antes de manifestarles su pacto de amorosa alianza, les dice con voz de trueno: Lgo sum Deus tuus, fortis, zelo- tes (Exod., xx, 5), y este celo consiste precisamente én que, siendo uno por esencia y no pudiendo haber mas Dios que El, es acreedor & los homenajes de cielos y tierra, de los angeles y de los hombres, y no puede per- mitir, sin dejar de ser Dios, que se dé 4 otro la gloria que le es debida: #¢ gloriam meam alteri non do; y Dios quiso grabar este principio tan profundamente en el co- razon humano, que despues de haberlo repetido mil veces por si 6 por su legislador Moisés, dice viltimamente que su nombre es Dios celoso : Dominus zelotes est nomen ejus (Hwod., xxx1v, 14). De modo que si antes de sacar 4 Is= . rael de Egipto, Dios dice 4 Moisés que no tiene que darle

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