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los de la otra; pero cuando el hombre cierra los ojos 4 esta luz; cuando por sus repetidas resistencias 4 la gra- cia y 4 las luces de la verdad se obceca en el error y se obstina en la mentira, Dios le quita, para su desgracia, la Religion que le diera para su felicidad. Nii. SEGUNDA PARTE. No es Dios un tirano que ponga sus glorias en la per- dicion de los hombres; no es un Soberano injusto que exija . de sus stibditos cosas imposibles, pues su yugo es suave y su carga ligera: no es un Dios expuesto 4 las pasiones de la ira yde la venganza, como los mortales; el atributo de que mas se gloria es la bondad y misericordia; porque si bien todos son iguales por identificarse con la esencia divina , pero si examinamos con atencion los efectos de estos atributos manifestados 4 las criaturas, el de la mi- sericordia parece que preside y sobresale entre los otros, como el sol entre los densos cuerpos celestiales : su omni- potencia se manifesté al haber sacado de la nada este mun- do visible; su sabiduria se descubre en el régimen admira- _ bie de tantos cuerpos animadosé inanimados que siguen el impulso 6 el instinto que les dié su Criador; su providen- cia en haber hecho todas las cosas en numero, peso y me- dida, y en conservarlasen las mismas esencias con que sa- lieron de sus manos ; pero su misericordia excede y so- brepuja , segun el Profeta , todas las demas obras : Afise- rationes ejus swper omnia opera ejus; y si comparamos este atributo con elde la justicia, gquién no se admira al considerar que, desde la creacion del mundo hasta su fin, Dios destiné todos los aiios , dias y momentos para derramar su misericordia sobre los hombres, reservando sdlo un dia, que sera el ultimo, para manifestar los ri-

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