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67. dos mios; 4 mas de la gloria del Criador, la ereacion de Ja naturaleza racional tenia otro objeto; todas las otras . criaturas visibles existirén hasta que llegue el momento de ser envueltas entre las ruinas del mundo, pero el hom- bre ha de permanecer para siempre; asi Dios lo crié para -que fuese feliz en esta vida presente por la posesion de todas las cosas de que le hizo donacion, y mas feliz en la futura por otra posesion mas noble, mas excelente y mas completa, que era la del mismo Dios; en cambio de haber puesto bajo su dominio los animales de la tierra, Jos peces del mar y las aves del cielo, Dios no queria re- ‘sefvarse para si sino una sola cosa: el corazon del hom- bre; y esto no por su propia utilidad, sino por la del mismo hombre, 4 quien queria conducir 4 la gloria; si las otras criaturas sirven 4 Dios por instinto 6 necesidad, llenando el fin para que fueron criadas, el hombre debia ‘servirle por amor; vive, pues, el hombre para amar 4 Dios en el tiempo y en la eternidad. jAh! Este precepto (llamémosle instinto del alma ra- ional, porque ésta no puede vivir sin amar); este pre- cepto, antes de ser publicado entre los truenos y rayos del Sinai, estaba grabado profundamente en el corazon hu= mano, y en él estan tambien comprendidos el reconoci- miento 4 Dios como 4 supremo Bienhechor, la sumision - €omo 4 Soberano, el respeto como 4 Padre, el temor como 4 Juez, el culto y adoracion como a principio y origen de cuanto el hombre posee; el amor hacia sus hermanos es- taba tambien esculpido en nuestra alma, pues es impo- sible amar 4 Dios sin amar 4 los que tienen impresa en si mismos la semejanza de Dios. Este es todo el dogma; aqui esta toda la moral, la ley y los Profetas. Vivir conforme 4 estos principios, no obrar fuera de los limites de esta ley; hé aqui la realizacion del fin porque Dios constituyé al hombre en la tierra; toda vio~ lacion es un crimen mas 6 ménos grave, segun la inten- TPs Bie 8 ce ss BREE dase