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Rr Soi eficaz, que nos anuncia la existencia de un Dios, su po- dery sus atributos; como espiritual, se eleva sobre toda la materia, comprendiendo que ningun agente criado es -capaz de destruir su existencia, y que sdlo pudiera ani- quilarla Aquél que la crid, y 4 quien ha de temer como & juez , pues El Ja ha de remunerar 6 castigar en una re- gion que aparece mas alla del sepulcro; region que se ve 4 lo léjos , mas en la cual entrara un dia para ser feliz 6 desgraciada, pero siempre inmortal. Estos son los dog- mas cuyo conocimiento no se oculta al hombre por las solas luces de la razon : la existencia de un Dios criador y conservador de cuanto existe, un Dios justo , remunera- dor 6 juez severo en la otra vida, y de ésto se deduce con facilidad que este Dios ha de recibir los homenajes de -culto y adoracion que le son debidos, y que los hombres se han de tratar entre si como hermanos, sin que sea li- cito ultrajarlos, ni despreciarlos, ni despojarlos de los bienes 6 de la vida. Por horrorosa que fuese la derrota que el pecado causé en el hombre, nada de esto perdié el alma; su razon qued6é oscurecida, pero no aniquilada ; su albedrio salié herido, pero no muerto; su entendimiento se envilecié , mas no se perdié; su voluntad se depravé, mas no fué desposeida de la opcion de elegir el bien y el mal; en una palabra, el alma qued6 integra en sus facultades’ y potefcias, aun- que si destituida de los dotes sobrenaturales de la gracia santificante y justicia original , y con aquellas luces na- turales podia elevarse hasta el conocimiento de Dios; asi es que no hay pueblo, idioma ni nacion que no tenga al- guna idea de la Divinidad, ni se ha encontrado gente alguna, por barbara 6 indémita que fuera, que no tuviese impresa en su alma la noticia de Dios, como se explica el filésofo de Roma (Ciceron, lib. 1, De Wat. Deor.); y si los hombres han vivido sin Dios, no ha sido porque les faltasen las luces para conocerlo, sino porqte fueron es—