BCCPAM000591-3-10000000000000
ae mesa smaiespeasnenmnems mea niaaeeateate eee a ne nnn a USOT ORT ESO OUTST NOUNS CT CUE Csr aea_csemepenmnenenensnaiime nes ieeamnanesnndeniememnneenmeninitnes memoaenananeatialiiael - ee Ne ae 7 3 eae ye nee eee eye . MON Ney :" 4 ae ie - ce : th ta 5 : * ere ey es Dl oe Oey Z © Oe Ae pate Pig ‘ : NS OU 5 ~ 3 ‘ he <e a : bn OS, ™ si " ? a : % Vs es Es > * m Pres “a } : } ganeis y traigais’al partido de la verdad, si acaso se ha- llan separados de ella. Siervos, obedeced & vuestros amos con temor, en simplicidad de corazon, como al mismo Cristo; no les sirvais porque os miran, como Si debiérais agradar 4 ellos solamente , sino como siervos de Cristo, haciendo la voluntad de Dios, sirviendo con gusto, no como quien sirve 4 hombres, sino 4 Dios. Amos, conducios del mismo modo con vuestros criados, _ perdondndoles las amenazas , pues sabeis que vive en los cielos el que es Sefior de vosotros y de vuestros siervos, ‘gin excepcion de personas. Magistrado, no desprecies al pobre ni consideres al rico; no cometas iniquidad , mas haz justicia 4 tu préjimo. Reyes, cuando tomeis pose- sion de vuestro solio, tened al frente el libro de la ley, _ para que guardeis inviolablemente sus preceptos y cere- monias, y aprendais 4 temer 4 Dios. Obrad con justicia, librando al oprimido de manos del prepotente calumnia- dor. Pueblos, no murmureis de vuestros Reyes, ni mal- digais 4 los principes; dad 4 cada uno lo que le pertenece; a quien tributo , tributo ; 4 quien temor, temor; 4 quien honor, honor; no hay potestad que no venga de Dios, y el que las desobedece, desobedece al mismo Dios; mirad que lleva la espada, como ministro de Dios, para castigar al malo y premiar al bueno; obedecedle y respetadle, no por temor solamente , sino: por deber de conciencia. Hom- bres todos , amaos todos como Dios os amé6; sea el em- blema de vuestra sociedad el amor fraternal ; si veis al desnudo, cubridlo, pues es vuestro hermano; si al pobre y hambriento, partid con él vuestro pan. Hé aqui, sefiores, las maximas saludables de la Reli- gion; maximas que jamas pudo inspirar la filosofia; ma— ximas que no han sido capaces de practicar los fildsofos, dun despues de haber confesado su santidad y pureza. Ordenada una sociedad con estas leyes, gpodran introdu- ‘ cirse en ella la violencia, el desérden, la rebelion, el fra-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz