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BBA ron tus padres; tt das oidos a los herejes, enemigos mios, que vienen a quitarte mi fé y 4 romper tu unidad catéli- ca; ti estas marchando por las huellas del racionalismo ~ altivo y petulante que no cuenta con mi ley para dirigir a la muchedumbre, morigerar la familia y ordenar la so- ciedad: fi has destruido mis templos , perseguido 4 mis sacerdotes, de quienes tengo yo dicho que quien los toca a ellos toca las niflas de mis ojos (Zach., cap. 11, vers. 8); pues mira que yo permito estas conmociones para que entren los pecadores dentro de si y vuelvan 4 su cora- zon. Esto no es mas que unas cuantas gotas de mi ira; pero siendo yo quien digo al Océano que quiebre sus olas en la débil arena, yo puedo levantar sus cerrojos y sus candados, y puede absorberte un mar tempestuoso de des- gracias; yo puedo abrir las cataratas del cielo, cubrir la tierra de densas nubes que despidan rayos como gotas de agua, y dar una lanzada 4 los montes elevados para que © _ broten los torrentes del abismo y caiga sobre ti el dilu- - vio.» Dedisti metuentibus te significationem: ut fugiant a Facie arcus: ut liberentur dilecti tui. Comprended esto cuantos habeis venido 4 este sagra- do recinto a desagraviar al Sefior por los atentados come- tidos contra su templo y sus altares ; compréndanlo to- dos , pues 4 todos pueden alcanzar los azotes de Dios, y lenos de dolor por haber contribuido todos con nuestros _ pecados a irritar la indignacion divina, digamos con el santo Profeta Baruch: «Sefior, hemos pecado, hemos obra- do inicuamente , hemos cometido iniquidades. Apdrtese tu ira de nosotros; oye, joh Sefior Dios nuestro! nuestras preces y nuestras oraciones, para que sepa toda la tierra . que tii eres nuestro Dios.» (Baruch., cap. 11, versieulos 12 y siguientes.) «Aytidanos, joh Sesior ! que eres nuestro Salvador, y por la gloria de tu nombre libranos, joh Se- for! y sed propicio 4 nuestros pecados por tu mismo nombre.» (Ps. txxviil, vers. 9.) uae) ETE —_ a

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