BCCPAM000591-3-10000000000000

tiempo que Dios nos da para nuestra conversion y arre- pentimiento, que si Dios concediese al demonio un solo instante para esto, haria lo indecible para aprovecharse de ese tiempo. Pero tened entendido que dicen esto los ministros de Dios en sentido exhortatorio , para mover al pecador 4 penitencia, pero no en rigor teoldégico; lo dicen como cosa hipotética, no como una realidad, pues todos - sabemos lo que contesté Abraham sobre la division y se- paracion eterna de los precitos y de los bienaventurados:. Nilos de ahi pasanaqul, ni los de aqué alli. Sabed, pues, que e] demonio no aceptaria ese tiempo de penitencia por no humillarse 4 Dios ni confesar su crimen. Fué este el haber querido arrogarse los honores divinos, y ha- biendo sido condenado al perpetrar ese acto de soberbia, vive ahora, y vivira eternamente , en esa obstinacion, y prefiere estar en las penas del infierno 4 confesar que ha pecado y 4 humillarse delante de su Criador. Y esto mismo acontece al Estado racionalista, obstinado en opo- nerse 4 Dios y 4 su santa ley. Bien sabe él que se equi- voca, pues ve que a las veces hace cosas tan disparata- das, que le ocasionan su ruina; pero no lo confesara, porque inflado en su ciencia satanica, no quiere prac- ticar un acto de humildad. Pero volyamos al objeto prin- cipal del discurso. 4Cual ha sido el resultado de tan temerarios pensa- mientos? La declaracion solemne de guerra & Dios, pres- eindiendo de £1, de sus leyes, de su direccion, de su influencia y de su providencia para el gobierno de la so- ciedad. Se ha desterrado 4 Dios del consorcio humano, se le ha arrojado de las escuelas, se le ha eliminado de los estudios, de la legislacion, de la familia y de la so- ciedad: el racionalismo se gloria de ser infalible en su razon y de no necesitar de la ciencia de Dios; de tener en si mismo un foco de luz que todo lo penetra, y de no ha- cerle falta la ley de Dios para hacer leyes, de la palabra