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A oir 4 muchos de esos hombres que en los tiempos | que corren se han arrogado el magisterio de los demas, - no parece sino que el mundo ha llegado 4 un periodo de paz sdlida, de dicha verdadera y de felicidad inalterable. Cuando hablan de Religion, echan 4 volar como tema obligado un raciocinio que dice asi: «;Oh! La Religion es un conjunto de verdades abstractas y sublimes, y esta muy por encima de las miserias humanas ; hay que dejar- la en esa region culminosa de las inteligencias soberanas, debiéndonos contentarlos hombres con las inspiraciones - sencillas, claras 6 inteligibles de nuestra razon: ésta es la que, por ser una centella de luz, haido creciendo poco poco, internandose en los secretos mas recénditos, pe- netrando los misterios mas profundos, y abarcando ver- dades que en tiempos pasados se tuvieron por incom- prensibles, y ha de llegar 4 desenvolver de tal manera su pujanza intelectual, que al fin ha de comprender al mismo Dios, y se ha de hacer semejantea El.» No es ménos altisonante, ni ménos absurdo, ni ménos impio y temerario, el discurso que esos nuevos doctores hacen sobre los derechos del hombre y sobre sus desti- nos. «No hay, dicen, derecho alguno que sea sumo, por- que derecho sumo produce injuria sama; el hombre es un rey, un soberano, un monarca de si mismo; sdlo la . ley impera sobre él, pues nace, vive y muere bajo su im- perio; tiene derechos impresos en su misma naturaleza, | y nadie puede despojarlo de ellos ni atentar contra ellos, ni interpretarlos , ni derogarlos , ni modificarlos. ,Quién se atrevera 4 imponerle preceptos? ,Quién imperara en un entendimiento que se sublima hasta las regiones.supe- — riores de la luz y desciende con rapidez inconmensu- rable hasta lo mas recéndito y profundo de los abismos? 4Quién dird 4 su voluntad, que es sefiora libre, indepen- diente , que se doblegue 4 hacer lo que no le agrada? Ese entendimiento y esa voluntad tienen sus derechos, y esos