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oa. tiendo que fuera eternamente desdichada una outars que él sacdra de Ja nada para que fuese eternamente fe- liz; y estos designios de la Providencia eran tan nobles y generosos, que queria que esta felicidad empezase en esta vida, ensanchandola y aumentandola en la otra de tal modo, que la felicidad de Dios fuese la felicidad del hom- bre. Para lograrlo, no habia otro medio que la Religion, la Religion que Dios revelé en el Paraiso al hombre pe- cador, prometiéndole un redentor con cuya fé se salva- — sen los hombres que lo esperaron antes de su venida; la Religion que El plantease en la tierra, y que siguiesen los hombres despues de su aparicion. Porque es preciso, sefiores, saber desde cuando ha existido esta Religion; es preciso saber que el Cristianismo empezé en el mismo lugar donde fuera cometido el primer pecado contra Dios; ~ alli decreté Dios la ruina del infierno y del demonio} alli declaré al hombre que, en castigo temporal de su rebe— lion, padeceria trabajos y afanes en el mundo, porque era polvo en cuanto 4 su cuerpo, pero le libré de las penas eternas por los méritos ya existentes del futuro Redentor, que estrellaria la erguida cerviz del demonio. Por la apostasia del hombre se trastorné el érden que Dios estableciera entre él y las criaturas racionales , de cuya inversion no podia salir sino la ruina del hombre mismo; nego éste 4 Dios la gloria que le era debida, y por su parte se inficiondé & si mismo, estragando todo su compuesto, introduciendo en el entendimiento el error, las pasiones que ocasionarian la depravacion de la volun- tad, y por consiguiente el trastorno continuo en el mundo, las oscilaciones en la sociedad, lo que hacia al hombre miserable en el mundo presente, y mas en el futuro; pero ‘Dios le revelé enténces mismo.una Religion, en la cual diese 4 Dios el honor que exige su Santidad infinita, se perfeecionase el hombre, y fuese coordinada la sociedad. Este plan de la Providencia, sno os parece vasto, sublime ¥