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hombres, comparados con los demas, son un atomo, y que si quisiesen hacer la guerra 4 todos los demas se cumpli- ~ ria en ellos la ridicula pretension que nos dice la fabula - tuviera el sapo contra el toro? gNo seridn pulverizados y '_arrojadas al viento sus cenizas, para que ni memoria que- dase de ellos? Pero yo me equivoco, y voy 4 corregir esta idea: hombres ha habido que han llevado el terror de las armas 4 los confines del mundo; doce Alejandros habrian dominado toda la tierra; doce Césares habrian podido re- _ correr el mundo, diciendo todos, en sus orgullosas pre= tensiones: «Vine, miré, venci.» gNo es asi, altaneros filésofos? Pero gquién era Alejandro y César? ,Quién Pe- dro y sus once compafieros que Jesucristo enviéd 4 con- quistar la tierra? Bien lo sabeis vosotros, que no habeis tratado mejor al disc{pulo que al Maestro ; aquellos guer- reros antiguos, aquellos tiranos, eran para vosotros hom- bres de vastos conocimientos, de erudicion profunda, de ae, ideas grandes; éstos eran hombres viles, rateros, desca- misados tan infames como su Maestro, ignorantones, — groseros, carnales, incapaces de hacer frente 4 nadie, ni de saber manejar mas que algun anzuelo. Es cierto; Na nosotros tambien confesamos que los Apdstoles eran \ hombres rudos, iliteratos , y que apenas conocian el dia- i lecto de su nacion; mas os diré yo atin: eran tam cobardes, f nf que al primer estrépito de las armas se dispersaron todos, | dejando abandonado 4 su Maestro, y uno de ellos, que : . blasonaba de mas valiente, temblé 4 la voz de una joven- | Be zuela; mas todavia: eran tan cortos en sus luces natura- les, que no entendian lo que su Maestro les decia, sino despues de mil repeticiones; eran tan groseros, que preten- ° dian la superioridad , y dun se arrojaron dos 4 decir 4 su Maestro que los sefialase 4 ellos para ocupar los dos pri- meros asientos del reino de que tantas veces les hablara, y que ellos no comprendian en el verdadero sentido. aCuantas cosas mas pudiéramos decir de la imperfeccion DeLee eit endear Sile Bag ener ae Susmallid