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A 29 el Panteon, y diez y nueve siglos van que Juipiter no tie- ne rayos ni palabra, que un mismo simbolo y creencia se _ profesa en el orbe cristiano, sin que las violencias ni el error lo hayan podido destruir ni amancillar. sQuién ha hecho este gran prodigio? Un Hombre solo; un Hombre que ha muerto en un palo ignominioso; un Hombre que ha ensefiado 4 todos 4 ser humildes, pa- cientes, mortificados, 4 despreciar el mundo, los inion res y Tiquezas; un Hombre que mando 4 sus discipulos que fuesen como corderos en medio de lobos, que no re- aisn 4 las violencias, que se dejasen despedazar; un Hombre que cifré nuestra bienaventuranza en que por su - amor fuésemos odiados de los demas, y arrojados de en- tre ellos; un Hombre que llamé dichosos 4 los pobres, a. los mansos, 4 los que Horan, & los que tienen hambre y sed de la justicia, 4 los misericordiosos, 4 los de corazon puro, 4 los pacificos y 4 los que son perseguidos por la justicia; un Hombre que condena las riquezas, la vani- dad, la lujuria, los espectaculos; un Hombre que. pres- _cribe el silencio, el retiro, la penitencia, el sacrificio de las propias ideas 4 la razon divina. ; Un hombre! ;Oh! Es imposible que un hombre pueda tanto; muchos hom- bres han querido plantear sistemas, organizar socieda— des, fundar monarquias; unos han tenido en su favor todos los recursos de la ciencia, otros el apoyo de los _ @jércitos; éstos han halagado 4 los grandes, aquéllos 4 la multitud, y nadie ha podido arrastrar el mundo tras de si, cayendo por su propia virtud losedificios que querian eternizar, estrellando siempre al que los formara. Preciso — es confesar que Jesus era Hombre y Dios, porque sdlo Dios puede haber cambiado la faz del mundo, ensefian-. dole 4 condenar cuanto antes amaba. Si Jesus no fuese Dios, gqué proporcion hallariamos entre los medios y los fines? ,No sabemos lo que puede hacer un hombre en tres afios? ,No sabemos que doce