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a, do, los sepuleros se han abierto, y los mismos sayones y satélites han gritado que aquel hombreera Dios; ha sido enterrado: poniendo guardias al sepulero, pero és- tos mismos centinelas han confesado que un terremoto ha sobrevenido, que han bajado los angeles del cielo, que han levantado la losa, que el cadaver no existia, que hu- yeron ellos como muertos cuando de entre las pesadas losas vieron salir triunfante al que tres dias antes vieran. morir despedazado por los azotes y clavos, y sin tener _ gota de sangre en sus venas. Hé ahi un hecho bien portentoso; la Cruz de Jesus gana sucesivamente toda la tierra; la choza del pastor, la tienda del soldado, las cuipulas del Capitolio, los tronos de los Oésares, los obeliscos de los vencedores flamean con el sagrado estandarte, y hasta, sobre las mismas dia~ demas que cubren las sienes de los Principes brilla este signo de salud. 4Cémo tan rapida conquista? ,;COmo han doblado su cerviz el orgulloso latino, el presuntuoso grie- go, el mentiroso creta? gAcaso ha enseflado Jesus una doctrina conforme al genio de cada nacion, al gusto de. los grandes, 4 los caprichos de los pueblos, 6 a las ineli- naciones del hombre corrompido? Muy al contrario: Ja doctrina que predica esta en oposicion con el fastuoso aparato de Roma, con el lujo y vanidad del Asia; Jesus predica contra todas las pasiones y contra todos los dioses falsos; Reyes y pueblos, fildsofos, y sacerdotes, han de oir wa una voz que les diga: «Vivis en el error.» Ya veis, | i amados mios, que el combate es desigual infinitamente: a un hombre solo sale 4 la arena contra todos los demas; si es hombre puramente, por necesidad ha de sucumbir. it Mas gquién vence? 4Quién es vencido? Luégo lo vereis. Ai La teologia pagana presentaba un simbolo lisonjero, it tomado del fondo de las pasiones mas arrastradoras. No a habia vicio alguno que no tuviesesu dios en el Panteon, aie ni crimen que estuviese sin ara, sin sacerdotes y ritos pe- Che Pa Tea Sch ea Malia oe a me ;