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Cuando el hombre se halla en esta disposicion tan la- mentable, gqué impresion podra hacer en él la verdad divina? En vez de ablandar su corazon, lo vuelve mas duro que la roca; en lugar de encender en el fuego del amor celestial, le hace concebir un ddio tan vehemente, que no duda poner asechanzas 4 la misma verdad, para ver si puede destruirla con un ataque oculto, ya que no le es posible derribar su poder en el combate manifiesto; y esta verdad se demuestra en lo que hicieron los fari- seos con Jesucristo; mil veces habian sido confundidos por este divino Maestro; sus argumentos falaces se ha- bian estrellado contra la sabiduria del Mesias; habian sido testigos de milagros que no habia hecho ningun Pro- feta; la experiencia les demostré, en repetidos encuentros, que Jesus mas respondia 4 sus pensamientos que 4 sus palabras, lo que era suficiente para creerlo mas que hom- bre; sus palabras eran todas conformes a la ley, y sin embargo se reunen, y viendo que siempre salian venci- - dos, determinaron presentarse 4 él para sacar. argumen- tos de acusacion de su misma palabra. Medios ilicitos de simulacion é hipocresia, palabras insidiosas de adulacion y lisonja, todo es puesto en accion para sorprender 4 Je- sus; responde él divino Maestro, les habla con claridad, les ensefia sus deberes, les manda que den al César lo _ que es del César y a Dios lo que es de Dios, y llenos de una admiracion estéril y sin fruto, se van tan endureci- dos como antes en el édio contra la verdad que Jesus pre- dicaba. -jOh! ;Qué argumento éste para demostraros el caracter de los impios de nuestro siglo, de esos hombres que ha- cen profesion publica de atacar las verdades de la Reli- gion, de esos tan extendidos, por desgracia, y tan multi- plicados en nuestro suelo, que no se presentan al templo de Dios sino para criticar al ministro evangélico y para hacer irrision de las verdades que anuncia, y 4 las veces 5ee a a le