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‘gion de la eternidad, y no es asi ciertamente; porque apenas un alma es abandonada del cielo, entra bajo la jurisdiccion de los espiritus infernales, y éstos la tratan como 4 cosa propia; y siendo verdad que cada uno de los vicios tiene un demonio por su jefe, cada uno de estos espiritus malditos tiene tambien encadenada al alma que -de ellos esté dominada; si, un demonio ha encadenado el -alma de aquel lascivo inveterado ; otro la de aquel avaro insaciable; otro la de aquel maldiciente escandaloso; otro la de aqual padre que abandona sus hijos; otro la de aquella mujer profana que pasa sus dias en adornar un cuerpo de barro, y otro acaso tiene amarrada y sujeta at esa alma que, llegandose 4 los Sacramentos, &'cada paso cae en culpas graves con advertencia, y frecuenta los templos por parecer al mundo santa y devota. Y no se crea que esta doctrina sea pasto de mi imaginacion ; Je- -sucristo nos la demuestra bien claro en sus lagritnas so- bre ‘la infeliz Jerusalen, y sus palabras son el testimonio de esta verdad; examinad con atencion el estado de esta ciudad , y vereis que es el tipo de los corazones obstina- dos y endurecidos; desde la promesa que. Dios hizo a Abraham hasta Malaquias, que fué el ultimo Profeta, to- dos esperaban la venida del Mesias, pero en un estado pobre y abyecto, manso y humilde; a medida que se au- mentaron las glorias de esta ciudad, disminuy6é su creen- cia, y al verse dominada por los romanos,-penséd que, & pesar de las profecias de David 6 Isaias, el Mesias no se- ria ni humilde ni manso, sino grande, opulento y guer- rero, que los’sacaria del yugo de la dominacion extran- jera; aparece, en fin, este Justo; emplea trés afios en ensefiar su celestial doctrina ; obra milagros, que no te- nian semejantes en los tiempos pasados; recibe en pre- ‘sencia del pueblo los testimonios mas auténticos de su mision prodigados por el cielo; el vulgo lo aclama mu- chas veces por Hijo de Dios, y, enfin, movido por unim- »

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