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jévenes: casi 4 un tiempo se establecieron los principios de la soberania popular: casi 4 un tiempo se descubrie- - von formidables baterias contra la Iglesiay contra el clero: se grité mucho contra sus riquezas, se perord mucho en favor de los pobres proletarios, diciéndoles que los monges tenian bienes que debian repartirse entre los pobres: se levantaron los pueblos con presteza y alegria al oir tan plausible noticia, y veian con risa en los labios, que se echaban 4 tierra aquellos monas- terios, donde quizi habian ellos tenido hartura en tiempos de hambre y donde sus hijos hallaban el pan del entendimiento. gY despues? despues los especula- dores habiles se enriquecieron; los pobres quedaron pobres; las escuelas de la religion no se volvieron 4 abrir, pero en cambio vinieron las normales, de las cuales saliesen maestros uniformes en pedanteria, en ignorancia, en vida relajada, en ideas antireligiosas, y -he aqui el mundo vuelto & las tinieblas que disipaba la ensefianza de la religion. por hombres religiosos. éY de dénde, sino de esa ciencia errénea de la politi- ca del dia, ha salido ese derecho de los gobiernos para apoderarse de los bienes de las Iglesias, de las funda- ciones pias, de las de beneficencia y caridad? ;De dénde la autoridad para mandar en el santuario? ;De donde el derecho de negar la suficiente capacidad 4 un propie- tario para conservar sus propios bienes, y arrogarse 4 si el cargo de- conservarselos, tratando al poseedor de menor 6 de demente, como vemos 4 cada instante que se esté haciendo con las Iglesias y sus ministros? Ayer habia hospitales fundados por obispos, administrados por obispos y sostenidos con las rentas que les habian ido legando almas pias: hoy, con el establecimiento de la caridad civil, apénas hay en muchas partes ni con que dar una taza de caldo 4 los enfermos: ayer habia universidades pontificias, donde la Iglesia ensefiaba, 7

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