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83 : pues es el origen de todos: he aqui un Estado Dios. El Estado debe inmiscuirse en las cosas que conciernen & la religion, 4 las costumbres, y al régimen espiritual. El debe someter 4 su juicio las instrucciones dugmati- eas, 6 doctrinales, que dan los Pastores de la Iglesia - para regla de las conciéncias, y tambien puede injerirse en el modo de administrar sacramentos. ;Qué importa | & estos hombres, que el poder laical sea pagano, 6 in- fiel, 6 heretical? ;Qué importa que haya concordatos 6 convenios bilaterales con obligacion mitua por parte de los altos contratantes: el poder civil, dicen estos po- liticos, aunque sea ejercido por un principe infiel, posee un poder indirecto, aunque no sea sino negativo, sobre las cosas sagradas: él debe poner el ezequatur & las Letras Apostélicas, y 4 él debe apelarse en casos de abuso: si hay convenciones, el poder laical las puede quebrantar cuando quiera, en lo que pertenece 4 la in- munidad del clero. ZA qué estado han reducido la ensefianza? Toda la, direecion de las escuelas ptiblicas, de primera 6 segun- da ensefianza ha de pertenecer al Estado; y hasta en los seminarios de los obispos debe someterse al Gobier- no civil el método de los estudios. Fuera toda influen- cia del clero en la ensefianza, por exigirlo asi la buena organizacion de la sociedad: la juventud, si ha de reci- bir una educacion esmerada, elevada, y en armonia con las necesidades de la época, ha de estar emancipada de ‘toda autoridad de la Iglesia. Uno puede ser buen ca- télico, y preseindir en el sistema de educacion de la fe catélica y de la autoridad de la Iglesia, jcuanto error! La misma cuenta ha dado la politica moderna de los preceptos morales, ora naturales, ora revelados, del ' Matrimonio, y de cuanto pertenece al érden civil y religioso. Para ella no hay necesidad de que las leyes morales reciban sancion divina, ni de que las humanas Ce ee oe OA GC Wom Re REAL Rie nr em SS ee een A : 3 Bis rai nee é