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ieee 77 . érden mas elevado que el de la politica, sus libertos: porque, cualquiera de estos reyes al examinar su drbol genealdgico, ha de llegar al fin 4 alguno de sus abuelos, que tenga el epigrafe, de darbaro venido de la Gotia,6 de la Panonta, bautizado por San Remigio, 6 convertido por San Leandro, 6 civilizado por San Bonifacio, quie- nes los libraron de las superticiones paganas y de la esclavitud del demonio. Pues 4 esos principes que tienen con la Iglesia, y mas que todo con el jefe de ella, las relaciones y el deber de hijos, la nueva politica de los filésofos les ensefié 4 levantarse contra él, 4 no reconocer su autoridad en todas sus partes, 4 disputar- le derechos de intervencion en los asuntos de Iglesia, 4 los cuales estuviesen anexos intereses temporales. (1) éQué consecuencias habia de tener esto en el gobierno | de los pueblos? ‘Terribles habian de ser: los pueblos se habian de volver ingobernables. fet Lamentable es por cierto la historia de los dos tlti- mos siglos en esta materia. Cuando uno se detiene 4 considerar el espectaculo que presenta un gran pueblo, cuyo monareca invade los derechos sagrados, se apropia por su autoridad la eleccion de dignidades eclesiasti- cas y sus rentas en ciertos casos, sin hacer caso de las amonestaciones y reclamaciones del Vicario de Cristo, y al poco reune comicios eclesiAsticos, se empefia en estar soplandv en Jos oidos de los dignatarios de la Iglesia una doctrina revolucionaria, diciéndoles que se opongan al Papa, y le digan que ellos en concilio son mas que él, yanose admira de que, ciento siete alos despues un nieto de este mismo monarea, despojado de la pir- * (1) Puede citarse como modelola pragmitica de Carlos VII. de Francia, dada en Bourges en 1438, en la cual un rey proclama la necesidad de los con- cilios generales, declara su supremacia sobre el Sumo Pontifice, asienta la libre eleccion de los obispos y abades, abroga las anatas y prohibe la apelacion 4 la Santa Sede. Aquello enténces faé como un fenémeno, restos cadavéricos del concilio de Basilea; pero dos siglos despues empez6 4 ser la cantinela eterna de todos los gobiernos.¢ ;