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litica, y sean sus pautas en el modo de gobernar & los pueblos. Por eso vemos en la historia, que los dos errores que han durado mas en la sociedad, han sido el arrianismo en los tres primeros siglos despues de las persecuciones de los tiranos de Roma, y el pro- testantismo en los ultimos siglos dela Iglesia. Alli qui- sieron meterse 4 dogmatizadores los soberanos de la antigua Bizanzo, y por un encadenamiento de sucesos _ vino 4 durar la herejia, siempre ufana con la proteccion de los emperadores, cerca de tres siglos. Y digamos de paso, que ninguna de.las naciones, que iban 4 formarse del imperio ruinoso de Roma, padecié tan tristes con- secuencias como Espajia por esta proteccion de los principes al error: porque, si cuando los godos entraron por el bautismo en las sendas de la civilizacion, lo hu- bieran recibido de manos de obispos catélicos, habria sido nuestra nacion la primera entre las europeas en tener principes cristianos. Aqui, si bien los principes no se metieron 4 dogmatizar, si exceptuamos aquel ol- vido que tuvo Carlos V. al dar el famoso y desastroso interim, prefirieron sin embargo la politica mundana y heretical 4 la verdad revelada; halagaron su codicia las riquezas de los templos y los monasterios, con cuya posesion les brindaban los herejes; deslumbré su ani- mo vanidoso la nueva teoria de los derechos divinos, que la herejia inventé para los reyes: inflé su corazon el vapor heretical, que los hacia cabezas de la religion, _encargados por Dios del culto, de la ensefianza de los ' pueblos, de su. moralidad y de su fe: y es facil com- ~ prender, que los que vivian entre nubes de adulacion palaciega, y entre los regalos de una vida redundante en comodidades hasta el hastio, se habian de inflar como globos de viento, viéndose hechos pontifices ma- ximvs, sacerdotes sumos, jefes espirituales de los pue- blos, y una especie de dioses de la tierra. El protestan-