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bigs 64 duce al materialismo, diciendo que quizis es la mate- ria la que piensa. Tambien Leibnitz es discipulo de Descartes: el combate el materialismo del filésofo inglés, que ensefiaba que la materia podia pensar; pero, al mismo tiempo establece el principio de la aproxima- cion de la materia al espiritu. Entre tanto, la nocion de la sustancia venia 4 ser poco mds 6 menos una pura abstraccion en esos sistemas. Viene despues Kant, afir- mando que no encuentra bastante fuerzas en la razon, para combatir el excepticismo: despues se deja ver Fichte, quien no ve mas realidad en el mundo que el pensamiento de cada uno, al cual hace criador de cuan- to hay, sin exceptuar 4 Dios. mee Es imposible negarlo: el estado actual de la filosofia es horrible: no hay en ella mas que confusion, du- da, excepticismo, nada. Y 4 ese estado hemos llega- do & fuerza de haber querido los racionalistas prescin- dir de la autoridad dela revelacion, y haberse empefia- do locamente en buscar en su propia razon el principio de verdades eternas. jLocura! Sila verdad es siempre la misma, si es eterna, si es invariable jcémo la ha de en- contrar dentro de si misma una razon que empezé ayer, que encuentra por todas partes valladares insuperables, y aun se queda 4 oscuras en la investigacion de los efectos y de los fenédmenos, no conociendo las causas en — las causas, sino las causas por los efectos? Lock em- pieza por materializar el espiritu: Kant sigue adelante no creyendo ni aun en su propia existencia: aparece Fichte, nodejando ni de Dios, ni del hombre, ni del mundo, més realidad que su propia persona: sale 4la palestra Scheling, que afirma que Fichte se engaiia, al dudar de si existe 6no. «No, dice este gran sdbio de la filosofia del absoluto: no, Fichte, no existes: porque lo que existe es el yo; no existes tii tampoco, Kant, ni yo mismo existo, ni nadie existe: porque lo que existe es ee
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