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ener een, 58 pieron atacar 4 los cristianos, sino inventando fabulas y contando obscenidades y ridiculeces, de la de Lutero, Beza, Espinosa, Bayle, Voltaire, Colins, Hobbes, los Centuriadores, Dumas, Sué, Salvador, Estraus, Beran- ger, y Renan. Diferentes siglos, diferentes nombres, diferentes hombres, diferente dialéctica, pero siempre lo mismo: inventar mucho, reirse mucho, mofarse mu- cho; hacer reir 4 la gente, divertirla, disiparla, incli- narla al placer, al sentido, 4 los vapores del vino, y la morbidez dela sensualidad; que despues vendré lo demas, que consiste en mirar con desvio, con desden, con indiferencia, y hasta con odio y despecho 4 quien ensefié una moral tan sublime, y tan suave, y tan santa y amable austeridad, cual se ve en el evangelio, 4 Jesu- cristo. La otra escuela es mds peligrosa, porque en ella pa- rece que el espiritu entra en una gran region, en una region de conquistas y de fueros para él, aunque en realidad no sea sino region de tinieblas. Pero es una filosofia la suya, que tiene visos de espiritual, por cuan- to al principio hace del alma humana una especie de ente criador, 4 quien se le concede la virtud de'sacar de una nada racionalista hasta seres infinitos: pero el mal esté, en que despues de presentar un aparato quimico- espiritual de ideas creadoras, mas vistoso y complicado, que esas méquinas de mil ruedas, cien vdlvulas, cin- cuenta recipientes, y muelles sin ntimero, toda esa filo- sofia se disipa como el humo, empezando por reducir 4 no ser lo que es, & hacer ilusorio lo que es real, 4 ano- nadar los seres, 4 destruir teda verdad objetiva, 4 con- vertir al mismo ser infinitoen un puro idealismo, 6 bien & convertirlo en tantas cosas, diversas y hasta contra- rias entre si, que obligan al entendimiento 4 confesar, que si Dios es el Dios de esa filosofia, vale mds que no to haya.