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49 gion, de la sociedad y del individuo, jcreen ellos que, cuando los obispos se pongan de acuerdo por inspira- cion del Espiritu Santo, para condenar ese cimulo de doctrinas erréneas, que aniegan la Europa y la Améri- ea, sobre derecho de propiedad, sobre libertad religiosa, sobre contratos sagrados, sobre origen del poder, sobre no intervencion, sobre politica, sobre derechos de la corona, y sobre atribuciones espirituales en poderes temporales y civiles, no los han de encontrar ya dise- cados, reducidos 4 anatomia, desechados, caracterizados de impios, de erréneos, de mal sonantes, de suversivos, de ofensivos de los oidos piadosos, y de hereticales, los que lo sean, y condenados y anatematizados? ;Qué! 3Se les figura 4 esos, que cifran su porvenir en ser tribunos, que un concilio ecuménico es algo parecido 4 esas asam- bleas, 4las cuales van diputados, Hamados populares, cuando son ellos los que se han propuesto 4 si mismos, embaucando al pueblo con prometerle eras de oro, 6 comprando con dinero, 6 con promesas eso que se Nama sufragio, y que no es mas que una irrision picante de la libertad esclava de los inecéutos, engafiados por el char- latanismo? ¢Piensan que alla van los obispos 4 lucir las galas de la elocuencia tribunicia, para escalar algun titulo cardenalicio, 6 una tiara, como sabemos y vemos que esta sucediendo hoy dia en los pueblos que tienen gobierno representativo, 4 cuyos congresos van muchos 4 probar fortuna haciendo ruido de palabras, 6 .vol- viendose historiadores de fAbula y de poesia, para ver si pueden cambiar el tripode de una cétedra universi- taria por un sillon de ministro, 6 el escalpelo por la ganga ministerial, sino lleva el pensamiento de ver si da un salto hasta algun trono, vacante por haberse em- peiiado los hombres en llamar tinieblas 4 la luz, y es- clavitud 4 la libertad? ‘ N6; los obispos van al concilio con la conciencia del 7