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45 envenenadas: estas plantas pudieron Hamar por algun tiempo la atencion ‘del mundo; 4 pesar de haber muerto esa bestia con los dardos del concilio de Trento, toda- via intenté revivir, ora dando al cadaver cierta apa- riencia de vida en el jansenismo, ora derramando sobre él coloridos vitales en esa muchedumbre de sectas de incrédulos, de filésofos, de materialistas, y despues de francmasones, de carbonarios, de revolucionarios de mil matices: pero todo ha sido en vano, porque el pro- testantismo no ha producido virtudes morales, mucho ménos virtudes herdicas: alli no hay penitentes, alli no hay virgenes, alli no hay caridad, alli no hay nada de esos sentimientos que hacen 4las almas grandes y herdicas. (1) Tres siglos llevamos de esperiencia, lo que es mas que suficiente para demostrar, que una religion, cuyos alumnos no tienen virtudes superiores ‘4 las que tiene un’ budista, un idélatra, un infiel, 6 un hebreo, no es religion. Ese desengafio pueden tener hoy dia los pueblos protestantes, al ver que esa Iglesia catélica, cuya muerte anunciaban con énfasis los pri- meros reformadores, y despues han cacareado hasta el hastio los filésofos, que son sus més legftimos pimpo- llos, se presenta hoy lozana, vigorosa y fuerte, no solo como estaba, cuando Lutero, Calvino, Melancton, Beza y Zuinglio la atacaban con sus sofismas, y cuando reyes malos y perversos querian aniquilarla con sus armas, sino como en los mismos tiempos apostdélicos, y en los (1) No es muy vieja la histéria de la sefiorita Nigthingale, que quiso paro- diar 4nuestras hermanas de la caridad en la guerra de Crimea, y fracasd. Frescas estfn esas escenas interesantes de las religiosas que los puseistas han querido establecer, para demostrar sin duda, que ellos tambien tienen virtudes herdéicas: esas religiosas se yuelyen catélicas renunciando 4 los ensayos de Pu- sey: pero entre tanto la pretendida heroina de la Crimea y las virgenes de lod puseistas dicen con elocuencia, que la caridad es en el protestantismo un pe- dazo de hielo, y la virginidad una cosa parecida 4 1a de las Vestales de la an- tigua Roma: se acusan ellas mismas de que son virgenes fAtuas, sin el dleo de la caridad, y confiesan paladinamente que si han de ser virgenes prudentes, han de ser antes: catélicas.

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