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Neen ee nn nn enn nn aeaeeeem 44 lanto en maquinaria, en fabricacion, y en industria y sobre todo en haber sabido los hombres aprovecharse de ciertos fenédmenos, de ciertos efectos de las causas naturales, para penetrar en el sublime conjunto de le- yes de atraccion, de impulsion, de movimiento, de con- centracion, de condensacion, y dar movimiento al hier- ro, dirigir la electricidad por puntos marcados, y producir efectos, que parecerian milagrosos, si no se conociera la causa. En materia de ciencias divinas, esos pueblos estén muy atrasados, pues reina en ellos una ignorancia muy crasa sobre religion. (1) Hay miles de individuos que viven en el error, sin poderse dar cuen- ta 4 si mismos del porqué de su profesion cristiana, en la cual no oyen hablar de la Virgen sino para vitupe- rarla; de los catélicos, sino para despreciarlos; del sacerdocio, sino para hollarlo; del culto, sino para ta- charlo de idoldtrico, y de Roma, sino para Jlamarla la Babilonia. Pero, hace ya trescientos afios que les dicen eso mismo, y ya pueden saber por experiencia que eso es una pura invencion de mentes extraviadas en sus pretensiones fandticas. Estos pueblos pueden volverse buenos con la celebracion del concilio. : Véase el porqué de esta asercion: el protestantismo nacié moribundo por ser un feto acéfalo, y no acéfalo por no tener cabeza, sino por tener tantas como la hidra de la poesia. Pero al poco de su nacimiento fué un cadaver, que no ha producido sino plantas fétidas y (1) A cinco millones asciende en Inglaterra, segun dijo, no ha muchos afios, el obispo anglicano de Vinchester en piblico’ parlamento, el nfimero de hom- bres, que no tienen nocion alguna de religion, ni profesan culto alguno: pasan de centenares de miles los obreros que viven en las minas 4 quinientos piés de profundidad de la tierra, estando alli como bestias, hombres, mugeres, y niflos, todos mezclados, y muchas veces desnudos: pasan de doscientas mil las mugeres que viven en Léndres en la m4s degradante y asquerosa prostitucion. Esto pasa en el seno de la gran nacion, idolo de la revolucion, la cual en cam- bio da 4 todos esos seres degradados, sin Dios, ni religion, y sin ley, un consuelo, el de ser ciudadanos libres de un pais libre. jQue ironia tan picante contra la altiva Albion! Le Monde, 15. Juin. 1860. No. 116.
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