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° 4° ee Dejando ya de comparar el primer concilio general con el que va4 reunirse, tomaremos el tipo en el tiltimo que se celebré, hace trescientos cinco aflos, y por él veremos que la necesidad actual pertenece al mismo génere que la de entonces. El sapientisimo Cardenal Reginaldo Polo, sefialé tres causas principales que dieron ocasion 4 la celebracion del concilio; cuales eran, primera, la explicacion de los dogmas de la fe, y la extirpacion de las herejias: segunda, la reforma de las costumbres y el - % levantamiento de la disciplina eclesidstica: y tercera, para trabajar por conservar mejor la paz entre los principes cristianos, y unir 4 estos entre si para resis- tir 4 los infieles, que estaban amenazando siempre in- vadir los reinos catélicos. (1) Hoy dia estan en pié dos de esas causas, y pudiéramos sustituir la tercera con la necesidad urgentisima que hay, de persuadir 4 los principes catélicos y no catdélicos, que esa paz armada ~ en que tienen 4 sus pueblos, es mucho més ruinosa y perjudicial, que aquellas batallas que nuestros ascen- dientes dieron en Lepanto, en Diu, en Viena, y en Hun-* gria, en las cuales habia nobleza, generosidad, bizarria, y rasgos de caballerosidad, y sobre todo piedad, celo por la gloria de Dios, y aun cierto deseo de padecer — martirio, mientras que hoy dia apenas hay nada de eso, sino que se encuentra todo lo contrario, como lo diremos despues. Esta necesidad mas podemos decir que esta en el ~ eorazon del Vicario de Cristo, de los obispos, y aun de los fieles amantes de la religion, que en esa sociedad corrompida é incrédula en que vivimos. Esta necesidad, podemos decir con toda seguridad, esté en el‘ corazon de Dios mismo, cuyo amor 4 los hombres lo mueve 4 a (1) Tractat. de concilio, quest. 79. »
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