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- - : 33 mismo (1) que se separaba de ellos para ir 4 preparat= les un lugar enel cielo, pero que ellos vencerian al mundo porque él lo habia vencido, (2) que se le habia dado toda potestad en el cielo y en la tierra, y que es- taria con ellos hasta la consumacion de los siglos (3) y que entre tanto ellos darian testimonio de él,de su divinidad, de sus glorias y desu religion en toda la tierra: (4) Jesucristo por fin, de quien sabia la Iglesia que habia subido triunfante y glorioso al cielo, elevan- dose por su propia virtud de una manera que manifes- taba que era Dios. ,Qué venia 4 ser en la razon arria- na? La pluma se resiste 4 escribirlo. Otro tanto sucede respecto de lo demas: los apéstoles, testigos de las obras divinas de Jesus, sus evangeliza- dores, los prepagadores de su fé, los historiadores fieles que dijeron sas propias faltas, describieron su dureza de corazon, su ignorancia y su cobardia, y su rudeza cuando aun no habian recibido la plenitud de los dones que su maestro les habia de dar, y despues fueron sa- bios, elocuentes, filésofos, moralistas, intrépidos, escri- tores, héroes, y por fin, martires gloriosos jqué eran en la razon arriana? En realidad, aparecian superiores 4 su maestro en formar calculous y combinaciones, en decretar apotedsis, en delinear planes de conquista, y en grangearse mayor nombre y fortuna que su mismo preceptor. Triste era por cierto el rango en que que- daba el maestro: pero no era poca la nota de estupidez que recaia sobre los que habian querido morir por un maestro que tan poco valia. Nada venian 4 ser todas las glorias de los martires, que habian muerto por un hombre que no se diferen- (1) Joan. cap. 20. ¥. 21. (2) Id. “ 16. v. 33. (3) Mat. cap. 28 v. 29. (4) Act. Ap. cap. 1. v. 8. .
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