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, 29 ilustrar 4 los pueblos, dar leyes 4 las naciones semisal- vajes, extirpar las herejias, y establecer la buena doc- trina, y era este el medio mas oportuno: porque, si bien la Iglesia eatélica sabia desde el principio que en ha- blando el sucesor de Pedro, se dirimia toda cuestion, jos mismos Vicarios de Cristo, en quienes reside la prudencia en un grado sublimisimo, sabian tambien que el consejo de-muchos en el establecimiento de las leyes tiene una fuerza extrinseca muy grande para con los pueblos, y que, confirmada por ellos esta sentencia de la muchedumbre de los sabios, causa en todos una impresion mds acepta, mas grata, y mas laudable. No han rehuido los Sumos Pontifices la reunion de los obispos en concilio: antes ellos la han promovido siempre, porque sabian que, lejos de quitarsele nada al : Principe de su autoridad, se hacia mas clara y notable la virtud, la santidad y la probidad del principado sa- grado. Ademas, la experiencia habia demostrado sen- siblemente que, cuantas veces fueron convocados los padres de la Iglesia 4 concilio, se sancionaron leyes santisimas, fueron mudadas las instituciones, desecha- das las herejias, castigados los errores, desatadas las dificultades y apagadas las sediciones, quedando proba- da la verdad, restituida la concordia, firmada la paz y demostrada la unidad de la fe, y la unidad de religion, la unidad de cabeza, y de principe que tenga en la tier- ra la potestad suprema. ; Confirmanlo bien, con sus palabras los Papas que mas entrafiablemente desearon la convocacion y termi- nacion del tiltimo concilio ecuménico. «Sabiendo, dice Paulo tércero, que nuestros mayores, adornados de. sabiduria y santidad admirables, tuvieron por el mejor y mas oportuno remedio en las necesidades extremas de la reptiblica los concilios ecuménicos y la reunion de todos los obispos, tambien Nos hemos pensado se-

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