BCCPAM000561-6-17000000000000

> LVUl ~ Por fin, parece que se han relegado 4 la historia aquellas cues- tiones ruidosas, que la Sorbona entabié sobre infabilidad, 6 no, de} Sumo Pontifice en materia de religion, sobre superioridad 6 in. ferioridad del concilio ecuménieo, como si algun génio poderoso de los tiempos modernos hubiese enterrado con los cadéveres de los grandes doctores sorbénicos de 1682 todas sus doctrinas, las hu- biese sellado herméticamente, y arrojado sobre los sucesores de aquellos, raudales de adormideras. Y por cierto que no es asi: acabose ya eso, pero sin que se deba 4 nadie, sino al espiritu mis- mo de la Iglesia. ;Se quiere saber lo que es este espiritu? Pues es un espiritu de inteligencia, santo, tinico, sutil, discreto, dgil, inma- culado, certero, suave, amante del bien, agudo, é quien nada impide, benéfico, amador de los hombres, benigno, estable, constante, seguro, que tiene todo poder, que todo lo ve y abarca todos los espiritus. (Sap. cap. T. v. 22, 23.) Con esto est& dicho todo: cuando en los siglos de las persecu- ciones habia herejfas, las condené la Silla apostélica, sin necesi- dad de concilios, y su decision fué de fe, “infalible. Cuando se celebraron concilios generales, escribié la Silla apostélica: & los Padres, y sus cartas dijeron lo mismo que confirmaron los Padres, y fueron infalibles. Cuando sobrevinieron las controversias de algunos eclesidsticos, todavia condenaron muchos errores los Pon- tifices romanos, pues Antes que hablasen los Padres de ‘Trento habia condenado Leon X los errores de Lutero, Calvino y otros, y despues siguieron condenando cuantos errores ‘pulularon en lafe, y siempre fueron infalibles. Y por fin, cuando en tiempos muy moder- nos fue una comision de un concilio nacional 4 decir 4 un Papa en- carcelado, que el concilio le exhortaba 4 entrar en pactos con un monarea perseguidor de la Iglesia, salieron del Vicario de’ Cristo asertos tan graves, y desarrollose tal tempestad de anatemas del cielo sobre los enviados, que silenciosos y embargados de terror, * no pudieron hacer m&s que huir, creyéndose ya borrados del libro de la vida, para ir 4 anunciar 4 sus compaiieros. »-- (Qué? Que las libertades publicadas en tantas asambleas estaban espirando; que la fosa estaba abierta para depositar en ella las proposiciones, que habian sido su ‘paladium, y que se les cantasen ya los fune- rales. No es, pues, el espiritu moderno, sino el de la Iglesia, el lac Sifat eS Haas ah Nea a - a Taena? “xs

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz