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tyr bres sc han lanzado en esa especie de corriente eléctrica que los Neva, sin saber en dénde han de parar. Pero entre tanto, la Igle- sia se aprovecha de lo que hay de bueno en el espiritu moderno, dejando lo malo: el pensimiento vuela hoy por un alambre, sir- viendo quiz4s ese descubrimiento para causar una banca-rota, 6 una revolucion,6 una catdstrofe en paises lejanos; pero la Iglesia lo utiliza para llamar instantdéneamente 4 sus obispos, 6 para avi- sarles los peligros. Ese espiritu moderno ha proclamado que todo hombre es libre para expresar sus pensamfentos, haciéndolo, 4 no dudarlo, con el mal fin dedar al traste con la fe por medio de la publicacion de mil errores; la Iglesia se ha servido de esas doctri- nas, adoptadas por los pueblos, para ordenar 4,sus obispos y mi- sioneros, que se presentaran en esas regiones mismas, donde por efecto de esas doctrinas habian sido perseguidos, .y la religion ca- télica ha florecido, pues sus hijos no han de tener menos derechos que los demés ciudadanos. - Elespiritu raoderno impele 4 los hombres & recorrer los mares mis lejanos y visitar los continentes dé todas partes, y Hevar hom- bres para socabar las entrafias de la tierra y arrancarla sus teso- ros: y jcosa admirable! apenas hay dia, sin que muchas naves sal- gan, no ya surcando las aguas del mar, sino volando sobre su su- perficie, yendo todas cargadas de pasageros. E] espiritu moderno los lleva, y parte van 4 buscar oro y placeres, parte 4 fomentar revoluciones, y no faltan quienes van 4 llevar 4 los indios del Ti- bet 6 de los Andes la fulsa fe del hereje. Pero la Iglesia tambien contribuye al sosten de estas empresas del gspfritu moderno, en- viando en esos mismos ménstruos de los mares 4 sus obispos, 4 sus misioneros, 4 sus Hermanas de la Caridad, para que vayan 4 don- de van los avaros, los sensuales, los revolucionarios y los ministros del infierno, y ensefien 4 los primeros la pobreza, & los segundos la mortificacion, 4 los terceros la obediencia 4 la autoridad, y 4 los demas la verdadera fe. De este modo concurre la Iglesia & los ade- lantos del verdadero progreso, tomando lo bueno y dejando lo malo. Pero no hay que equivocarse: la Iglesia no debe nada de to que es hoy, ni de lo que hace, ni de lo que har& mafiana, al espirjtu moderno: lo debe 4 sus principios, 4 su constitucion misma, 4 la constancia conque cumple lo que le dejé prescrito su divino fun- i a j ; i 4 : 1 7 q a 7

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