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16 bado el nuevo derecho que han intentado plantear al- gunos hombres contra el divino, para dar sancion 4 las injusticias y rapifias: salud al gran Pontifice, que, solo, y sin ayuda de ningun soberano mundano, ha tenido levantada la bandera del honor, y no se ha doblegado 4 exigencias inicuas, despreciando la expatriacion, el despojo y las amenazas de las hordas conjuradas, y ha eludido con la politica dela religion los manejos de doblez y de dolo de los sabios carnales, y las intrigas ’ hipécritas de una politica acostumbrada 4 tener hiel en el corazon y miel en los labios, 4 esconder minas bajo florestas artificiales, y 4 decir si con lalengua, y no con la intencion. Salud, por fin, dirén, al maestro del mun- do, al conservador de los tronos, que est& poniendo su hombro al edificio social para que no se arruine, v te- niende atado 4 su mano al linage humano, para que no se acabe de lanzar por el declive donde se ha coloca- do, que lo conduce al abismo. Al lado de esta asamblea, que representa, en quien la preside, 4 Dios, cuyo Lugar teniente es en la tierra, y en quienes la componen, lo més grande, lo més au- gusto, y lo mas venerable que ha habido en el linage humano: al lado de esta reunion, que encierra la civi- lizacion del mundo, pues 4 ella exclusivamente perte- nece la gloria de haber conservado las letras sagradas, las obras de bos filésofos griegos, las leyes de los sabios romanos, la literatura de todos los pueblos, y la de haber purificado las primeras de sus errores, las segun- das de sus crueldades y librado 4 todas de volver 4 la nada: al lado de esta asamblea de los hombres mas notables en ciencia, y virtud y prudencia, que hay en el mundo, quienes pueden gloriarse sin presuncion ni jactancia, de que son solidarios de los trabajos de diez y ocho siglos para civilizar la tierra, de esos voliimenes inmensos que han escrito sus predecesores, y sobre to-