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ty otra por los que no ladistinguen de las sectas falsas, y en Europa . por todos, sin diferenciar al que Ieve manto de filésofo con pir. pura real, del que viste el armifio de la magestad amiga de Dios y de su justicia. < Todo esto comprueba la superioridad inmensa de la Iglesia so- bre todas las instituciones, pues ella las domina 4 todas, sin sere dominada de ninguna. Asf, léjos de despreciar Jos adelantos del - espiritu hum no en lo que es justo y laudable, no solo los aplaude, sino que los adopta como cosa suya, teniendo tambien la altisima sabidurfa de sacar bienes, aun de los mismos males. Véase lo que est4 pasando hoy en el mundo, y eso solo basta para concluir que la Iglesia est& en relacion con cuanto existe con ella, con solo es- tas dos diferencias: primera, que coexiste con todo lo bueno y jus- to para aprobarlo y ayudar 4 su realizacion, y con todo lo que no es recto y justo, para reclamar contra su existencia legal y conde- narlo: segunda, que asiste 4 todo el movimiento social como una columna fundada sobre sélida roca en medio de un rio caudaloso, mientras que todo lo dem&s pasa como pasan las aguas del mismo rio donde la columna existe. Hace ya algunas décadas que Ja humanidad est4 como agitada por una fuerza febril ie la impele al movimiento, no descansando dia y noche para llevar 4 cabo todo género de empresas. De estas, preciso es decirlo, unas son buenas, y algunas no muy buenas; pero la Iglesia las ve todas, y reprobando lo que haya de malo, se apro- vecha de lo bueno para el bien de los hombres. Lo que, considera- do con mucha discrecion, hahecho decir, no ha mucho tiempo, 4 un literato recomendable las siguientes palabras: «No podemos me- «nos de bendecir y admirar la inefable sabiduria con que la Provi- «dencia convierte el mal en bien, y hace que el influjo y accion de «las cosas humanas, aun de los espiritus rebeldes, sirvan de instru- «mento y coneurran 4 la realizacion de sus altos designios.» (1) ¥ en verdad, esto es asi, y asi lo dijo San Agustin al tratar de la caida de Adan: el espiritu de empresa es hoy como el gran re- molino, 4 cuyo centro convergen todas las aguas de un gran lago. Muchos son los males que resultan de la demasia con que los hom-- ( 1) Revista pz EspaXa Un concil’o ecuménico en el siglo XIX, por Hey Juan de Lorenzaua.
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