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dado 4 luz, necesitan adornar su cuna y su ddolescencia con his- torias de combates de dioses y de hombres, y de apariciones de _ genios sobrehumanos, Con gusto les hacemos donacion del célebre: Nos, que reunidos, valemos mds que vos, para que se dé comienzo por él 4 la gran epopeya de la ciencia ad siglo de las luces. Dos palabras tenemos que decir para terminar sobre una pro- posicion, 4 la cual pudiera responderse escribiendo un gran trata- do. Hay quien pretende que se niega d la Iglesia el derecho de po- nerse en armonia con lo existente, lo que no se niega, se dice, d ninguna institucion alta 6 baja, grande 6 pequefta, condendndola d ser un anacronismo eterno, si no entra en las vias de las institu- ciones modernas: 4 lo que es preciso:contestar con distincion. Si se pretende que la Iglesia se equipare en su gobierno y en sus -principios constitutivos 4 las cosas que existen con ella, 6 al mismo tiempo que ella, nunca se conseguirdé; porque es la monarquia de Jesucristo fundada en la roca firmisima de la verdal, mientras que todas las demds instituciones son obras de los hombres, y no pue- den parecerse sinoen muy poco 4 ella, no puiendo ella tampoco subordinarse 4 ninguna de estas, debiendo al contrario amoldarse 4 ella todas las demas. Si en estas instituciones hay verdad, rec- titud, justicia y érden, la Iglesia marcharé con ellas: pero si se _ pretendiere destruir cl derecho, dar libertad al entendimiento y ‘4 la coneiencia, legalizar la existencia del crimen, permitir toda clase de desérdeny y no cuidarse de que Dios sea adorado y reve- renciado, la Iglesia las ver4 pasar junto 4 si, pero no» marcharé con ellas. Pero jhay acaso un espectiéculo mis imponente en la historia del mundo que la coexistencia dela Iglesia con todas la institu- ciones? Ella marché con el judaismo, diciéndole que convenia con él en sus dogmas sobre la unidad de Dios, sobre la caida del hom- bre y sobre la promesa del Mesias; pero se separé de él, porque no quiso reconocer4 este Redentor: tambien éoexistié con los em- peradores romanos y sus sabios y senados, diciéndoles que profe- saba sus doctrinas en todo lo que pertenecia 4 cumplir con los deberes de justicia y equidad, y 4no faltar 4 la palabra dada en pactos internacionales, y observar las leyes justas enderezadas 4 mantener el respeto 4 la propiedad, 4 la autoridad, 4 la sociedad,

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