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xLIV - trimonio, convirtiéndolo en un contrato civil; sobre la Iglesia, ha- ciéndola una sociedad anénima, y sobre el Clero, nivelandolo con la clase proletaria, jnos viene ahora ese Elenco, condenando nues- tras doctrinas? ;Pues qué! jSe levanta de su tumba de Salerno Hildebrando el terrible? % Algo parece que debié calmarse la agitacion al ver que el Sylla- bus no pasaba de ser un Elenco de errores, al cual no le darian mucha importancia los pueblos, porque le saldria al frente el non placet, el Non exequatur, que obstruiria su paso; mas hé aqui que la voz del Leon ruge (lo diremos asi siguiendo Ja alegoria,) el Angel se deja entrever, dispuesto 4 escribir muy en breve el librito que va 4 presentar, y el espanto renace, el pdnico se difunde, y de nuevo se oye decir: j Hildebrando, el terrible Hildebrando! jOh! Permitasenos una interpelacion. ;Hasta cuando han de lla- mar los escritores catdélicos, que disertan sobre materias religiogas, al Santo Pontifice Gregorio VII. Hildebrando el terrible? Si la his- toria veridica de su vida nos dice que era un hombre pio, mansisi- mo, suave en su conversacion, caritativo, benigno, y de tanta un- cion, que alguna vez reposé sobre sus hombros el Espiritu Santo en figura de paloma, jpor qué se le ha de apellidar el éerrible? jSer4 acaso por esa inversion de sentidos yue se hace hoy dia con las palabras, llamando hombre terrible, intratable, altivo, irascible y de cardeter duro al que defiende con firmeza Ja verdad y el dere- cho, y sobre todo, al que sostiene el derecho divino de la Iglesia, como lo hizo San Gregorio VII. no permitiendo la usurpacion de su autoridad 4 un emperador, y fulminando contra él el anatema, por haber faltado 4 su inmunidad? Tambien hay en esta época quienes llaman oemeie al ser mas venerable que hay en el orbe, quien lejos de ser eso, puede !lamarse el pelicano de este siglo de egoismo, que se desangra por dar ali- mento 4 sus hijos, y aun 4 sus enemigos. Tan cierto es, que fué terrible el gran Pontifice del siglo undécimo, como lo es que sea el suavisino Pio LX. lo que lo llaman los secuaces del hombre de mi- rada altiva, barba desgrefiada, sable corvo y camisa roja. Si, ter- rible fué el primero contra los usurpadores del poder sagrado y contra los simoniacos, como es terrible Dios cuando manda 4 los rayos que salgan de su trono, recorran los espacios y derriben los 3 sy a 5 istapie ota Te so Si dant ot i nt see has ahh ne

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