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* :Saee B Pi oe eee BS Nee nae Rie aes . palabra, tan sMbio, tan cuerdo, tan prudente y tan ilustrado, que pueda comprender lo que es representacion, lo que es gobierno, lo " que es economia general de la nacion? :Dénde se hallan esos hom- bres elegibles, que sean tan mansos como el cordero para disputar, tan sumisos como un nifio tierno lo es 4 su padre, para obedecer, tan sdbios que sepan todas las necesidades, tan cuerdos?que com- prendan el remedio de todas, y tan desinteresados, que se conten- ten con una gloria de ultratumba,y se mantengan en este mundo 4 la altura del filésofo, que solo desea hacer bien, y en solo hacer- lo encuentra su gloria y su corona? ;Dénde esté esa sociedad tan pacifica y serena, tan limpia de vicios y de corrupeion, tan parca en comer y beber, tan modesta en su vestir y tan resignada 4 prac- ticar lo que le manda el soberano, aun cuando este nada ha de- eretado, sino despues de haber oido 4 su pueblo? Esos pueblos no existen, ni han existido, ni existiran; ni tam- poco hay muchos elegidos que no aboguen, como se suele decir: Cicero pro tomo sua. Esos pueblos se hallan en la mitologia de la Bética desecrita por Fenelon, 6 en la de los griegos fundando 4 Salento, capitaneados por Idomeneo, cosas todas ellas muy lindas y muy envidiables, pero que no se vieron més que en la imagina— cion de los poetas, ni se realizardn mientras haya en la tierra los hombres que hay ‘en ella, los cuales han crecido tanto en vicios y pasiones, que lejos de ser lo que pinté Tomas More en su Utopia, y lo que describen los que fingen que han asistido & los congresos de los dioses, son titanes que quisieran devorarse. Hace ya mu- chos ailos que se esté ensayando toda esa mfquina, con cuyo mo- vimiento se prometié 4 la tierra una edad de oro, y el caso es, que hasta hoy no hemos visto m4s que una cosa: Tantalo, que vé so- bre su cabeza una rica manzana, la cual sube siempre que intenta hincarle el diente; Taéntalo, que quiere apagar la sed que le deyo- ra, y vé que el agua desciede mfs que él, y no puede beberla: asi est la sociedad moderna, siempre sedienta de poseer, sin poder aleanzar lo que busca con tanto anhelo. zY este bello ideal de la poesia se quiere dar 4 la Iglesia, des- pojandola de esa asombrosa y felicisima realidad que posee del Gobierno que Jesucristo la did? H&ganse cuantos ensayos se quic- ‘ra en el 6rden politico, puesto que Dios entregé el mundo d la ne

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