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no se d& una ley en las naciones, sin que primero la discutan y | aprueben los diputados? . Adem4s, justo es, concluyen, que pierda la Iglesia como han perdido, otras monarquias; con tal que quede en pié el dogma’y la disciplina; poco importa que su gobierno sea mondrquico 6 repre- ' sentativo, pues lo ha tenido muy variado. Abranso las actas de los concilios de aquellus épocas antiguas, 4 poco de las irrupciones de los bérbaros, y se verd-que la autoridad de los Papas, lejos de ser -ilimitada y absoluta en aquellos tiempos de confusion fecunda y de desérden creador, sufrié en algunos de ellos los embates mds rudos (en la parte no conciliar) y las restricciones mds severas, y que no solo las personas, sino la institucion misma fué objeto de medidas violentas y radicales por parte de los que con sin igual arrogancia, al verse congregados, solian decir al Papa una cosa muy parecida al: «Vos, que cada uno valemos tanto como Vos, y todos juntos mucho mds que Vos, ete. Y si no se consiguiese por ahora el poner limites 4 ese poder, que se extiende 4 todas partes, conseguiremos introducir la des- union entre los proceres de la Iglesia; pues alli iran unos con las ideas refrescadas de su’ antiguas asambleas, en las cuales se in- mortalizaron; otros viniendo de las regiones del Occidente, irdn empapados en fididos de republicanismo; otros abogar&n por li- bertades que tuvieron, y otros las vindicar4n para si, y consegui- remos que sé yuelva el eoncilio reunion de tirios y troyanos, si no se convierte en campo de Agramante, poco més 6 ménos como su- cedia en los concilios del tiempo de San Gregorio Nacianzeno, y de Martin el santo obispo de Tours. Muchos y muy crasos errores son estos, y no se le esconde 4 nadie que todos derivan de un principio, y es de que hay hombres hoy dia que quieren ganar lauros y renombre de s4bios, haciendo estudios sobre la religion, no como cat6licos, sino como fildsofos, no con deseo de aumentar su fé, sino con el anhelo de adquirir ciencia, pero ciencia de hinchazon, como la llama San Pablo. Pro- ceden en sus investigaciones, partiendo del falso principio de la asimilacion, empeii4ndose en pasar un mismo rasero sobre lo divi- no y sobre lo humano, y en someter al mismo comps de su razon lo que es de institucion de Dios y lo que es obra de los hombres, y Es

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