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14 | El coneilio va 4 rewnirse en e] Vaticano, para con- tinuar la obra de la civilizacion del Evangelio, y ni - las doctrinas de ahora discreparan de las de hace diez y nueve siglos, ni los hombres tampoco ser4n deseme- jantes, los de hoy de los de ayer y de los de entonces. Grandioso y subleme espectaculo sera el del Vaticano. Los huesos de Pedro se alegrarén al verse como resu- citados, y revestidos de tendones, de carne, de piel, y de vida en el vigor y en la firmeza de Pio IX. Sucede- rd otro tanto 4 los del ilustre Apéstol que. descansa en la Basilica Ostiense, cuando se vea rodeado de santos obispos, que hayan venido de la China, de la Armenia, de la Turquia, de las islas lejanas, de los confines del. mundo. Uno por uno saltaran de alegria los huesos aridos de los demas apéstoles' que duermen en la ciu- dad eterna, al verse resucitados en los santos pontifi- ces, que acudirdn alli de toda la tierra, para agruparse al trono del Prinetpe de la fe, y.tratar con él sobre las doctrinas erréneas que han ensefiado los modernos filésofos, adoptado los gobiernos, acariciado los reyes, y abrazado locamente los pueblos. Uno mismo sera el raciocinio, uno mismo el criterio, una misma la légica, una misma la doctrina, uno mismo el lenguage y una misma la resolucion. Alli diré Pio [X. 4 gobiernos, 4 reyes, & pueblos, lo mismo que dijo Pedro al pueblo, al senado, & la autoridad de Jerusalen: Juzgad vosotros, si es justo obedeceros & vosotros antes que d Dios: alli hablara & nombre de Dios y en union de todos sus hermanos, diciendo: Nos ha parecido al Esptritu Santo y & nosotros decretar que hay errores contra la religion, contra la ley natural, contra la verdad ‘revelada_en muchas de las doctrinas modernas, en Jas cuales fundan sus go- biernos algunos pueblos y algunos soberanos, y los anatematizamos y condenamos. , Congreso como este no lo ha habido hasta este tiem-

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