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oe Rh Oeee a BR “y nL XXxv les, que vienen introduciéndose poco 4 poco en el mundo 4 favor de los principios, Hamados regeneradores de la sociedad: cuando las naciones todas van marchando, y aun empujandose unas 4 otras con banderas desplegadas al llamado progreso, que es hoy dia una especie de niimen, Ante el cual pocos hay que no doblen la rodilla: cuando del centro, de las alas, de la cabeza y de la retaguardia del gran ejército de la humanidad que va marchando, salian voces de queja, de despecho y hasta de dicterio contra Roma, acusindo- la de que era la tinica que no caminaba, de que estaba en estado estacionario y no queria andar por la senda de la civilizacion y progreso, ni era amiga de la representacion, una voz sonora y magestuosa ha salido de la misma Roma, y ha causado tal im- presion en esa inmensa turba de hombres que se glorian de haber progresado mucho, que parece que los ha conmovido, y que se ha apoderado de ellos un temor, como si Roma hubiese de abrir zan- Jas en la gran via del progreso, para que no se diese un paso mas. _ {Qué ha dicho Roma para haber dado un golpe tan conmovedor 4 los corazones, y para que las mejillas, coloradas por la embria- guez de la decantada civilizacion, hayan palidecido en un instan- ‘te? concilio ecuménico ha dicho Roma; y apénas ha resonado ese eco, no parece sino que ha sido la voz de Dios, aquella voz que hiende los cedros y deja percibirse con magnificeneia, y gloria, y virtud, y poder, y despide rayos, y apacigua las aguas, y deshace los pefiones. Y aqué han dicho las lamadas inteligencias eminen- tes de los nuevos sistemas, al oir esa voz de trueno? «Hagamos alto: Roma se despierta de su letargo, y viene d incorporarse para seguir el gran movimiento. Roma llama junto 4 si 4 los poderes subalter- nos y va 4 darles representacion en el gobierno de la Iglesia. Mucho han progresado nuestras grandes instituciones sociales, exclaman los hombres que se dicen corifeos de la representacion; mucho hemos conseguido ya, cuando en esa Roma, que est4 inmo- ble hace diez y ocho siglos, sin que nadie la haya podido sacar de su sistema gubernativo han hecho impresion nuestras reformas: era la Gnica monarquia absoluta, que habia quedado despues que los célebres principios del afio 89 habian debilitado 4 las demas: era la dinica que conservaba aquella centralizacion de poder, que adopté con las otras hace ya tres siglos para poder subsistir; habia

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