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XXXIV que contiene el furor de los Sleds inicuos, desbarata los planes de los demagogos, y no teme fulminar anatemas contra los que intentan establecer el derecho de la fuerza,de la astucia y del dolo. ;Dénde est4n, pues, las malas stiles é intrincadas del pujante romanismo, para enredar 4 los Obispos y no dejarles libertad de accion? ;Dénde esté esa concentracion de poder, que no ha permi- tido 4 los metropolitanos celebrar los concilios provinciales, que tanto recomienda el Ultimo general que ha habido en la Iglesia? ;Cénque por haber,desaparecido la representacion en cértes de | las ciudades y provincias hace tres siglos, por haber centralizado los reyes en sus personas el mando y la autoridad que estaba dis- persa, siguié la Iglesia el mismo sistema desde el concilio de Tren- to ac&, no dejando que se celebrasen concilios provinciales! No es esto, por cierto, lo que nos dice la historia: en Milan hubo concilios provinciales despues del afio en que se aprobé el concilio tridentino: més tarde los hubo en Méjico y en Lima; mas tarde lo hubo tambien en Anguemala, y tambien los hubiera habido en otros paises, 4no haber mediado ciertas causas, que en verdad no son mallas sutiles del romanigmo, sino otras cosas muy. diferentes, como lo dirémos en otro articulo. Quede, pues, sentado que la monarquia de la Iglesia ha sido siempre la misma en la esencia y en el modo; y digamos para glo- ria de su fundador diyino, que si on lo finico, en que se ha parecido 4 las demas, ha seguido el curso ordinario de lo que se desarrolla poco 4 poco, ha vencido 4 todas las monarquias; pues el monarca de la fe catdlica cuenta hoy doscientos millones de stbditos, tan fieles y tan adictos 4 su persona, queestin dispuestos todos 4 dar sus riquezas y su vida por sostenerlo y defenderlo en la posesion de su autoridad, porque saben que Dios se la ha dado, Dios se la conserva, y Dios la sostendr4 mientras haya mundo. ’ Articulo Il. Cuando se gloria el género humano de haber tocado casi 4 la prominente cima de la civilizacion moderna: cuando por todas par- tes se est tegiendo un pomposo panegirico de las reformas socia- 5 Sis ail cathe relies ate a i ae as a ea aha

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